El número de personas que asiste la ONG ha aumentado en un 80% en los últimos años

Cáritas asegura que el Centro Solidario de Alimentos es un «mero intermediario»

Jueves, 30 Octubre 2014 18:17

caritasdentroImagen de la sede de una de las Cáritas de Puerto de Sagunto, situada en la Iglesia de Begoña

La cantidad de familias del municipio que precisan de ayudas para comer sigue creciendo. Las últimas cifras arrojadas por las asociaciones solidarias son preocupantes, puesto que cada vez más ciudadanos se ven obligados a acudir a ellas en busca de una salida a su delicada situación económica.

En concreto, las Cáritas de Sagunto han declarado que actualmente atienden a alrededor de 500 familias, que si lo multiplicamos por una media de 4 miembros en cada una, el resultado es que más de 2.000 ciudadanos saguntinos están pasando necesidades. Y estos son los datos procedentes solo de la organización diocesana, por lo que todavía pueden ser más las personas que requieren dicha ayuda. Es una realidad desoladora que desde varias asociaciones locales intentan paliar a través de diferentes proyectos.

En medio de este panorama de necesidad, Cáritas y el Centro Solidario de Alimentos son dos piezas clave de un mismo puzle. Pero Begoña Adam, voluntaria de Cáritas, resalta que el enfoque de ambas es diferente: «Ellos son unos meros intermediarios entre el ayuntamiento y nosotros. La labor que hacen es la de almacenar la comida. Los datos que ellos tienen son los nuestros, las familias que ellos tienen son las que nosotros les hemos proporcionado, de modo que ellos no atienden a la gente. Solo traen la comida y nosotros la distribuimos». No obstante, cree que la ayuda del Centro de Alimentos supone un beneficio para las Cáritas porque los alimentos que les dan no los tienen que comprar.

Pero a pesar de ser una aportación positiva, Adam piensa que se podría hacer más y afirma que no están convencidos con algunos planteamientos del centro: «En un primer momento creíamos que el dinero de la subvención municipal iba a ir directamente a la gente pero, sin embargo, ahí está el gasto de una furgoneta, de un alquiler y de contratos. Entonces el presupuesto se les va y para conseguir más tienen que hacer campañas y nosotros dejamos de realizarlas porque no podemos saturar a la gente». Por este motivo, propusieron que el Centro se dedicara a conseguir la colaboración de las grandes empresas y la ONG a las campañas de los colegios.

No hay que olvidar que una fracción de la comida que se reparte cada mes en Cáritas proviene del Centro Solidario de Alimentos de Sagunto, que dona siempre productos no perecederos. Como es lógico, una familia no puede sobrevivir un mes entero comiendo pasta, galletas, arroz y judías (entre otros). Por eso, Cáritas tiene que suplir estas carencias comprando ellos mismos huevos, fruta, patatas, etcétera, para completar una dieta sana y equilibrada.

Obviamente, esta solidaridad tiene un coste que procede, en parte, de la caridad de los feligreses de las parroquias y de los donativos, que «de un tiempo a esta parte son bastante menores porque la crisis nos perjudica a todos y se ha notado muchísimo. Es verdad que la gente es muy solidaria pero lo es más en campañas específicas», declara Adam.

En este sentido, la portavoz está convencida de que no se le puede pedir más a los particulares. La gente está muy concienciada, «lo que hace falta ahora es la concienciación de las empresas y de las grandes superficies. Ellas son las que más tienen y pueden ayudar». Y al contrario de lo que se pueda pensar, no es necesario que se donen siempre alimentos no perecederos. Al estar en contacto permanente con las familias, si Cáritas recibe, por poner un ejemplo, tres cajones de naranjas, se avisa inmediatamente a los beneficiarios y las recogen esa misma tarde, «eso es lo que hay que hacer y lo que se está haciendo. Necesitamos todo tipo de alimentos».

El proceso para empezar a beneficiarse de estos recursos es sencillo. Tras estudiar las condiciones de los demandantes y aprobar la ayuda, esta entidad comienza un seguimiento general de la familia. Ya no solo le proporciona alimentos para poder subsistir sino que le facilita un apoyo y una atención que, dada la situación por la que pasan, es tan necesaria como el poder comer.

Y es que la crisis económica en la que está inmerso el país ha cambiado la vieja concepción de que las personas que recurrían a la caridad eran muy pobres o extranjeros que venían en busca de un futuro mejor. Cambiemos el chip. Ayudar a inmigrantes necesitados ya no es su única labor, ahora en la cola de los jueves para recoger los alimentos se ven perfiles mucho más diversificados. Desde personas que tienen que asumir préstamos y no pueden hacerlo, hasta jóvenes de 35-40 años que han perdido su trabajo y no saben cómo hacer frente a los pagos. Pueden ser nuestros vecinos y «deciden pedir antes que robar», sostiene la voluntaria de Cáritas. De hecho, el número de personas que solicitan ayuda a esta entidad ha aumentado en un 80% en los últimos años. Es un porcentaje realmente significativo.

Pero la alimentación no es el único problema al que se debe enfrentar el municipio. Desde Cáritas destacan que cada voluntario de la organización se preocupa de que las personas que acuden no vayan mal vestidos, que se mantengan limpios, que puedan pagar sus recibos, etcétera. Para ello, les proporcionan gel, cepillos de dientes, ropa y otros medios y recursos necesarios. «Nosotros somos como los padres a los que vienen a contarnos los problemas», recalca Adam. Puesto que actualmente la falta de alimento está cubierta, su compromiso va más allá. Su principal objetivo es que la persona se sienta apoyada dentro de lo mal que pueda estar. Es saber que allí tienen a alguien con quien contar.

Afortunadamente, aunque cada vez más vecinos soliciten la ayuda de Cáritas, también otras personas han dejado de requerir este servicio porque han encontrado empleo. La labor de la ONG abarca este campo mediante un plan de formación para ayudar a los necesitados a encontrar un medio de vida. Aún así, la portavoz de Cáritas se muestra preocupada por la situación, por el indudable aumento de la pobreza en Sagunto y deseando poder pronunciar una frase que por el momento parece muy lejana y es: «ya no tenemos que ayudar a nadie porque ya no hay necesidad».


Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

Modificado por última vez en Viernes, 07 Noviembre 2014 21:57

Artículos relacionados (por etiqueta)

 

 

SUCESOS

SALUD