El adelanto del curso ha desatado las protestas del colectivo escolar, al tener que soportar temperaturas muy elevadas en el interior de las aulas, unos recintos que, por si faltaba algo, no están preparados para calores tan intensos. En este contexto se encuadra la protesta que los padres y alumnos del Victoria y Joaquín Rodrigo han protagonizado esta mañana en la parte trasera del centro, con el ánimo de denunciar la situación límite. Durante la concentración, los asistentes, provistos de botellas, pistolas de agua y otros artilugios, se han mojado, como acto simbólico, para llamar la atención de lo que está ocurriendo en las escuelas. Esta acción reivindicativa ha sido apoyada por la Plataforma Comarcal en favor de la Educación Pública, y la FAPA.
Según ha explicado una de las numerosas madres que se han dado cita en esta concentración, las temperaturas que tienen que soportar los niños y profesores son «súper altas, llegando en algunos casos a revasar los 35 grados», cuando la normativa fija como máximo 27 grados y una humedad relativa del 70%. De acuerdo con esta norma, los responsables del centro educativo podrían disponer el cierre de las instalaciones».
Por otro lado, de todas las aulas del Victoria y Joaquín Rodrigo, 16 de ellas no disponen de algo tan elemental y básico como es un ventilador, aunque este aparato tampoco resuelve el problema porque solo mueve aire caliente. Esto ha hecho que los profesores hayan optado por sacar a los niños al patio o la calle y continuar las clases fuera de las aulas. La preocupación en este amplio colectivo es muy notable, dado que asistir a clase con temperaturas tan elevadas puede suponer un riesgo para la salud de alumnos y maestros, han indicado las mismas fuentes.
Aún siendo grave la situación para los alumnos de primaria, estos tienen la suerte de acabar las clases a las 13 horas, mientras que en los institutos se prolonga la actividad hasta las 14:30 horas, es decir, que las peores horas del día, cuando más calor hace, tienen que estar en clase. Han señalado, asimismo, que con temperaturas tan altas, los niños pierden poder de concentración y baja mucho su rendimiento escolar. Es por este motivo por lo que exigen a la Generalitat que dote a los centros de refrigeración: «si quieren adelantar el curso, que acondiciones las aulas», han señalado.
