Los trabajadores de AGC continúan descubriendo, paso a paso, las nuevas reglas establecidas por las reforma laboral española. Tras estar cerca de un acuerdo, según la versión de los sindicatos, en la mesa de negociación al proponer mitigar el recorte de salarios con una congelación de sueldos en la que se renunciaba a la subida del IPC, la matriz de la compañía se negó en redondo y volvió a poner sobre la mesa una propuesta salarial con demasiados puntos sin explicar como para que los representantes sindicales pudieran someterlo a votación en la asamblea. El resultado final fue el cierre de ayer del periodo de consultas—puesto que la ley española no permite prórroga ninguna— sin acuerdo entre las partes; por lo que los trabajadores quedaban en manos de la empresa que, con la nueva legislación laboral, tenía la opción de poner unilateralmente las condiciones, a los trabajadores. Sin embargo esta decisión llevaría inevitablemente el tema al recurso judicial, que tardaría como poco un año en resolverse, y que dificultaría la intención de la empresa de llegar a un acuerdo en la negociación del ERE que espera aplicar en verano. La solución ha pasado pues por cerrar en falso el proceso de negociación y abrir uno nuevo ayer mismo aunque con la condición de que dure sólo una semana.
La bajada llegará en octubre
De esta manera lo único claro ahora mismo es que la bajada de los salarios se aplicará el próximo mes de octubre, la empresa ha reiterado varias veces su intención durante la primera negociación que el recorte llegue ese mes. La última propuesta de la empresa, y que calificó como «inamovible» el pasado miércoles, es que la reducción de sueldo llegue al 12% y se aplique de forma lineal, es decir, no con porcentajes progresivos según el salario de cada trabajador sino imponiendo la misma reducción a todos los miembros de la plantilla con independencia de su nómina. De ese 12%, se recuperaría un 6% en cuanto la empresa entrara en beneficios, y otro 2% cuando se registraran tres ejercicios seguidos con resultado positivo; pero un 4% de los salarios actuales se perdería para siempre.
De esta manera lo único claro ahora mismo es que la bajada de los salarios se aplicará el próximo mes de octubre, la empresa ha reiterado varias veces su intención durante la primera negociación que el recorte llegue ese mes. La última propuesta de la empresa, y que calificó como «inamovible» el pasado miércoles, es que la reducción de sueldo llegue al 12% y se aplique de forma lineal, es decir, no con porcentajes progresivos según el salario de cada trabajador sino imponiendo la misma reducción a todos los miembros de la plantilla con independencia de su nómina. De ese 12%, se recuperaría un 6% en cuanto la empresa entrara en beneficios, y otro 2% cuando se registraran tres ejercicios seguidos con resultado positivo; pero un 4% de los salarios actuales se perdería para siempre.
Al margen de la cantidad del recorte la gran preocupación de los trabajadores es que no se ha definido por parte de la empresa como se calcularán esos beneficios, ya que según recuerdan ahora mismo AGC Puerto de Sagunto está en beneficios contables—según las cuentas aportadas por la empresa a Hacienda—pero a la vez ha presentado un informe—firmado por el mismo despacho profesional que firma las cuentas presentadas a Hacienda—diciendo que AGC Puerto de Sagunto pierde dinero y da beneficios gracias a las inyecciones de fondos que realiza la empresa en Europa, puesto que la empresa traslada sus beneficios allí donde le sea más rentable tributariamente hablando. Con estas prácticas contables, los representantes de los trabajadores —que ya no pueden acceder a las cuentas consolidadas de la empresa tras los ajustes realizados en la el pasado agosto en la reforma laboral por parte del gobierno español—quieren que se les detalle al milímetro que prácticas se permitirán y cuales no, para calcular esos beneficios de los que depende el poder adquisitivo de sus familias.
Posibilidad de Cierre
El otro gran choque entre las partes que ha impedido el acuerdo ha sido la posibilidad, real y puesta sobre la mesa, de que AGC decida cerrar la planta de Puerto de Sagunto.
Durante las conversaciones los directivos han afirmado que AGC considera que le sobran hornos en el viejo continente y que si la renovación del de Puerto de Sagunto no se sufraga con los recortes salariales lo fácil será cerrar la planta y marcharse. Aunque los trabajadores interpretaron la amenaza como una medida más de presión para que se firmara el acuerdo, se pidieron garantías de que si se procedía a renovar el horno supondría el mantenimiento de la factoría en el Puerto, algo que no han podido asegurar. Así que los trabajadores exigen que cualquier acuerdo de rebaja salarial incluya una cláusula que especifique que de cerrar la planta la indemnización de los trabajadores se calcule en función de las nóminas anteriores al recorte, algo que la directiva aún no ha aceptado.
El otro gran choque entre las partes que ha impedido el acuerdo ha sido la posibilidad, real y puesta sobre la mesa, de que AGC decida cerrar la planta de Puerto de Sagunto.
Durante las conversaciones los directivos han afirmado que AGC considera que le sobran hornos en el viejo continente y que si la renovación del de Puerto de Sagunto no se sufraga con los recortes salariales lo fácil será cerrar la planta y marcharse. Aunque los trabajadores interpretaron la amenaza como una medida más de presión para que se firmara el acuerdo, se pidieron garantías de que si se procedía a renovar el horno supondría el mantenimiento de la factoría en el Puerto, algo que no han podido asegurar. Así que los trabajadores exigen que cualquier acuerdo de rebaja salarial incluya una cláusula que especifique que de cerrar la planta la indemnización de los trabajadores se calcule en función de las nóminas anteriores al recorte, algo que la directiva aún no ha aceptado.
Otro punto de conflicto ha sido la negativa de la empresa de hacer recortes en la masa salarial de las dependencias de la empresa en Barcelona, cuyos costes laborales están ligados a la planta de Puerto de Sagunto y que representan 1.165.000 euros a repartir entre 29 trabajadores, frente a los 3.385.000 euros que cuestan al año las 149 personas que actualmente forman la plantilla de la fábrica local.
