Desde el pasado 1 de agosto permanecen paradas las obras del pabellón polideportivo, aunque fue el pasado 11 de abril cuando se formalizó el acta de suspensión de la obra. Al margen del retraso que esta paralización supone para la entrada en funcionamiento de la citada instalación, también puede acarrear problemas adicionales que, en todo caso, supondrán un incremento de los costes.
Efectivamente, en el capítulo de observaciones del acta de suspensión, la dirección facultativa deja reflejadas una serie de advertencias, entre las que cabría destacar que: «la estructura no se encuentra acabada y no está consolidada»; que «con el paso del tiempo, puede producirse la obstrucción de la evacuación de agua de las vigas de la cubierta»; que «al no estar ejecutada la urbanización de la parcela, pueden producirse asientos diferenciales del terreno y movimientos de la estructura ejecutada hasta la fecha», y lo más importante, que «con el paso del tiempo se va a producir el deterioro de la obra, con lo que posteriormente se tendrán que ejecutar actuaciones no contempladas en el proyecto».
Dado que por el momento no se conoce cuándo se podrá reanudar la ejecución de este proyecto, y que su demora se pueda prolongar en el tiempo, es más que probable que el presupuesto final de esta actuación se incremente de forma considerable. Como se recordará, esta infraestructura es consecuencia del pacto suscrito en la anterior legislatura entre el PP y SP. Su coste, cercano a los 3,2 millones de euros, se iba a sufragar con el fallido Plan Confianza que puso en marcha el presidente Francisco Camps en respuesta al Plan E del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
El portavoz de SP, Manuel González, se siente engañado por el Partido Popular, que ha incumplido lo pactado: «aquí había un compromiso por parte del PP que tiene que cumplirlo, porque sino es así, no sé para qué sirve llegar a ese tipo de acuerdos con ese partido». González no duda en calificar de «gravísimo» lo ocurrido con la paralización de las obras: «Nos encontramos con que la obra está a mitad de ejecutar, con que, a pesar de que tenía ese dinero consignado, ha ido a parar a otras actuaciones. Es más, la obra está parada por tiempo indefinido y todos hemos visto cómo, alrededor de la Comunidad Valenciana, han existido obras que se quedaron paradas durante tiempo y que, al final, se han tenido que demoler».
Más adelante, González lamenta que la Generalitat no cumpla sus compromisos: «Creo que la Generalitat Valenciana debería de dejar de vender humo y de hacer cosas que no tocan. Si existe un compromiso de hacer esa obra, lo que tiene que hacer es cumplir y terminarla».