La mayoría de estas instalaciones no han podido demostrar que no se producirán emisiones contaminantes

Una empresa ha solicitado la instalación en Parc Sagunt de una incineradora de residuos urbanos e industriales

Aunque la instalación propuesta es para residuos no peligrosos, la empresa admite que también puede tratar residuos peligrosos

Miércoles, 30 Septiembre 2009 02:00

Símbolo del macroparque industrial
Símbolo del macroparque industrial
El pasado 11 de agosto tuvo entrada, en el Ayuntamiento de Sagunto, una solicitud junto con documentación para autorización ambiental integrada para planta de valoración (incineradora) de residuos a nombre de Soluciones Energéticas SL. El jefe de la sección de Actividades, le comunicaba con fecha 14 de agosto: «que hasta que no exista informe favorable queda pendiente el informe en los extremos requeridos respecto de la documentación hasta la emisión de informe de compatibilidad urbanística».

La empresa solicitante manifiesta que la planta de valorización de residuo de soluciones y herramientas energéticas (SHE), será capaz de tratar alrededor de 120.000 toneladas/año de residuos (basuras) urbanos e industriales «no peligrosos» que provengan de diferentes sectores industriales. La citada planta se ubicará en los terrenos de Parc Sagunt (a menos de 1Km. del caso urbano del Puerto) y el proyecto es una adaptación del presentado en Monóvar (Alicante).
Posteriormente  la empresa, en la documentación presentada, explica cual será el funcionamiento de sus instalaciones, resumiendo: «la tecnología de plasma presenta además, como uno de sus puntos fuertes la gran versatilidad en el tratamiento y valorización de residuos de muy diversa naturaleza, gracias a las elevadas temperaturas y condiciones de operación que se alcanzan en el interior del reactor, lo que la convierte en una tecnología capaz de tratar prácticamente cualquier tipo de residuo, ya sea sólido, liquido o pastoso».

Finaliza el documento empresarial con un anexo en el que se hace un listado de 33 tipos de residuos diferentes a tratar, entre otros:  papel, vidrio, ropa, tejidos, aceites comerciales, plásticos, metales, residuos de plásticos, residuos de encalado, residuos de piel curtida,  lodos de fosas sépticas, etc, etc, y añaden: «La gran flexibilidad de la tecnología a emplear, gasificación por plasma, permite tratar una gran variedad de residuos urbanos e industriales, peligrosos y no peligrosos. En el caso concreto del proyecto presentado para Parc Sagunt, se tratarán residuos sólidos urbanos y asimilables, así como residuos industriales no peligrosos procedentes de las industrias cercanas de la zona y de otras provincias cercanas como podrían ser residuos de las industrias del calzado».

Gasificacion por plasma
Antes de explicar  esta nueva tecnología, hay que señalar que tanto la UE, como los EE.UU., consideran que los procesos de gasificación por plasma, son un tipo de incineradoras.
El proceso de gasificación por plasma consiste en la transformación de residuos sólidos o líquidos en una mezcla gaseosa, mediante la oxidación parcial con aplicación de calor procedente de una fuente que puede ser una antorcha de calor o un arco de plasma que puede alcanzar temperaturas entre 3.000 y 20.000ºC. El proceso produce un gas de síntesis,  que contendrá monóxido de carbono, hidrogeno, metano y pequeñas cantidades de hidrocarburos superiores, que alimentará la turbina de gas de la planta de generación eléctrica en ciclo combinado y que a través de una chimenea de 16 metros asegurará la correcta dispersión de contaminantes, y un subproducto de masa amorfa vitrificada en la que algunos científicos advierten que puede contener metales pesados.

Al tratarse pues de una incineradora, se pueden encontrar los mismos subproductos tóxicos que en las otras, es decir: dioxinas, furanos, mercurio, cromo hexavalente, etc. que suponen un riesgo  para la salud pública. Aunque las empresas suelen hablar de «gas limpio», la propia generación del gas de síntesis, suele contener productos tóxicos. En esta línea podemos citar la negativa de EE.UU. a la instalación de este tipo de tecnología promovido por Hawaii Medical Vitrificatión Facility, al no poder demostrar la propia empresa que no produciría emisiones contaminantes.
Así mismo recogemos la opinión de Jesús Rincón, Consejero Superior de Investigaciones Científicas que considera que la incineración por plasma sólo debe considerarse para eliminar desechos peligrosos que no pueden ser tratados de otra forma, pero nunca para residuos urbanos.

Los defensores de este tipo de empresas, mayoritariamente políticos municipales, suelen argumentar que es mejor la incineración de los residuos urbanos e industriales, que enviarlos al vertedero, lo cual parece un buen argumento, si no fuera porque obvian la jerarquía de la Directiva Marco de Residuos de la Comunidad Europea, recogida en el Plan Nacional Integrado de Residuos 2008/2015 (PNIR), que señala que en el tratamiento de los residuos urbanos e industriales, lo primero es la prevención, lo segundo la reutilización, lo tercero el reciclaje, lo cuarto la valoración energética y lo último la eliminación. Por tanto, el apoyar este tipo de industrias incineradoras pretende acabar con los incentivos a la separación de residuos en origen y su posterior reutilización o reciclaje. Por consiguiente las incineradoras deberían ser la última actuación, y sólamente deberían tratar aquellos residuos, que después de haber cumplido las distintas fases de la jerarquía comunitaria, no tengan otra solución.

En un país como España, en que el grado de prevención y separación de los residuos urbanos está en niveles mínimos, el tema de la instalación de las incineradoras no se plantean como una solución técnica meditada y responsable, sino que suelen presentarse como una medida política alternativa a los vertederos. Y es precisamente esa falta de preselección la que hace que los procesos de incineración tengan fallos, y los errores se sucedan con el consiguiente perjuicio para la salud de las personas que viven cerca de este tipo de instalaciones.
Finalmente conviene remarcar que este tipo de proceso de gasificación por plasma, para una planta  como la que se pretende instalar en Parc Sagunt, puede suponer una inversión de 100 millones de euros, y puede provocar un negocio estimado de 25 millones de euros/año , por la venta de la energía eléctrica producida, y por la destrucción de las 120.000 toneladas de residuos. Para que se cumplan las previsiones de la empresa incineradora es necesario que los municipios mantengan el envío de las 120.000 toneladas de residuos urbanos e industriales, lo que irá en detrimento de la preselección de materiales, e impongan la correspondiente tasa a pagar por los ciudadanos durante décadas, hasta que la empresa consiga amortizar la inversión inicial. Esto impedirá la adopción de otras medidas más ecológicas que pudiesen producirse por el avance de la técnica.

Medio Ambiente denegó una incineradora en Monóvar,
similar a la que se quiere ubicar en Parc Sagunt  

En el municipio alicantino de Monóvar, llevaban unos 8 años intentando montar una incineradora. La última tentativa fue en marzo de 2009 con un proyecto muy parecido al que se quiere implantar en Parc Sagunt, es más, según reconoce la empresa que quiere construir la de Sagunto: Soluciones Energéticas S.L afirma:. «Este proyecto  es una  adaptación del presentado en Monóvar».

Según  han informado a esta redacción, Ramón Rico, concejal  del PSOE en el Ayuntamiento de Monóvar y Miguel Pavón representante de EU, en contra del   proyecto de construcción de la incineradora, se constituyó una plataforma, compuesta por partidos políticos, sindicatos, entidades ecologistas y ciudadanos que  presentaron 4.200 alegaciones contra el proyecto, de una población de 13.000 habitantes. Estas se presentaron a Conselleria en mayo de 2009 y, un mes más tarde, en junio, Medio Ambiente denegó su ubicación, pero  esa resolución de Conselleria  no ha llegado a la comisión que promovió las alegaciones.
Una de las alegaciones presentada, que consideran decisiva, decía: «En el Plan de Residuos de la Comunidad Valenciana no se contempla una incineradora para el tipo de resíduos que se querían tratar en Monóvar, que eran residuos procedentes  del calzado  y del curtido de pieles, que podían contener metales tóxicos».  
Entre otras cuestiones, informa Pavón que la superficie que necesitaba la incineradora era de 40.000 m2. «Desaprovechar tanta superficie de suelo para sólo 22 empleos que genera ese tipo de instalación es una barbaridad cuando en ese suelo se podían instalar diversas industrias que generen más empleo», quien añade, que ese tipo de industrias, además de la contaminación tiene otros problemas de recursos como es que necesitan 100.000 m3 de agua, es decir, cien millones de litros anuales.


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Modificado por última vez en Miércoles, 30 Septiembre 2009 02:00

 

 

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