Una de las principales calles transversales dentro del conocido barrio de Baladre, la calle Azorín, que comunica dos arterias principales de la localidad porteña como son la Av. Fausto Caruana y la Av. de la Vila, presentan problemas serios de alumbrado, según denuncia el dirigente de IP, Mario Cereceda, haciéndose eco de las quejas vecinales recibidas.
Según aclara Cereceda, el deficiente alumbrado se debe la densa vegetación que tapa la luz de las farolas, que se encuentran justo encima de la copa de los árboles. Desde la formación segregacionista sostienen que «una solución podría pasar por instalar farolas en la acera de enfrente, que no dispone de arbolado, de manera que la zona cuente con una iluminación adecuada», propone Mario Cereceda.
El vicepresidente de la entidad segregacionista añade también que «últimamente se nos acercan cada vez más personas a criticar la iluminación, especialmente a primeras horas de la mañana», en las que el trasiego es constante entre aquellos que acuden a sus puestos de trabajo o de estudio. Cereceda concluye con una propuesta: «hay que alargar la programación de las farolas unos veinte minutos para que la seguridad viaria sea mucho mayor, puesto que actualmente se obliga a la ciudad a funcionar a oscuras en el último cuarto de las siete, cuando la luz natural todavía es extremadamente baja».