Este próximo domingo, nueve de octubre y, por tanto, día de la Comunidad Valenciana, se celebrará un acto institucional, como viene siendo tradicional, en el que la primera autoridad local, el alcalde Darío Moreno, hará entrega de varios galardones a entidades y personas del municipio de Sagunto, entre ellas, a Concha Cañete Manzanera, una mujer que, como ella misma relata, ha sostenido a lo largo de toda su vida un férreo compromiso desde el movimiento ciudadano, el sindicalismo y la política, en la lucha por los derechos civiles, la defensa de una sanidad pública universal y de calidad y, en la última etapa, ayudando a los migrantes que, arriesgando su vida, llegan a la comarca huyendo de las guerras y el hambre.

¿Cómo se siente con ese reconocimiento?

En principio no me lo terminaba de creer. Ahora estoy contenta y agradecida. Yo siempre he trabajado en colectivos y, por tanto, son méritos compartidos. El que desde los colectivos sociales y las instituciones se hagan estos reconocimientos, es señal de que tenemos una sociedad articulada y madura. Es un hecho positivo que nos alcanza a todas.

Háblenos de su trayectoria. ¿En qué ámbitos ha desarrollado su trabajo político-social?

La mayor parte de mi vida he desarrollado mi actividad en CCOO. Llegué a este municipio, cuando el hospital estaba terminado, pero no se abría. Eran tiempos de la UCD, hubo indicios de que se tenía la intención de privatizarlo. Desde CCOO se montó una plataforma ciudadana Pro-Apertura de la Mini Fe, Antonio Bolinches se empleó a fondo y Ángel Perales, desde la Asociación de Discapacitados, también participaron varios partidos políticos. La presión fue tan fuerte que conseguimos que se abriera, y que fuera un hospital público. La defensa de la sanidad pública ha sido para mí una prioridad desde CCOO y desde otras asociaciones, siempre he estado en ello.

¿Cómo ve actualmente el servicio público de salud?

Se tiene que cuidar. La sanidad pública ha sufrido un gran estrés en estos años de pandemia. Pero no tengo la menor duda de que tenemos uno de los mejores servicios públicos sanitarios del mundo. Me siento muy orgullosa de tener una sanidad pública que atiende a todas las personas por igual, rico o pobre, negro o blanco. He acudido muchísimas veces con personas migrantes y nunca ha habido ningún problema. En Sagunto tenemos unos magníficos profesionales, aprovecho para felicitarles.

Hay usuarios que se quejan de la asistencia sanitaria y opinan que la pandemia ha sacado a la luz las debilidades del sistema. ¿Está de acuerdo?

Lo mejor que puede hacer la ciudadanía para cuidar el servicio público de salud es poner por escrito las quejas que tenga, seguro que no caen en saco roto. Los comentarios generalizados que se hacen en público son un desahogo personal, pero no cuidan el sistema.

Cambiando de tema, ¿sigue afiliada a CCOO?

Sí, considero importante el papel de los sindicatos en la negociación colectiva, sobre todo, pensando en las empresas pequeñas que los trabajadores tienen menos capacidad de presión. La actividad desarrollada últimamente a nivel estatal ha sido muy beneficiosa para el conjunto de las personas trabajadoras.

Además de su trayectoria sindical, ¿en qué otros ámbitos se ha movido?

En la Asociación de Vecinos Esperanza Marina del Puerto también estuve muy activa durante muchos años, defendiendo todo lo relativo a limpieza, plazas, jardines, colegios, alcantarillado, fiestas, transporte. En la asociación hacíamos la vacunación de la gripe a todas las personas mayores del barrio. En el hospital nos daban las vacunas y yo las ponía. Entonces, la Atención Primaria no estaba tan desarrollada.

¿Cuál fue su cometido en Esquerra Unida?

La convicción de que, desde la política, legislar en las instituciones, autonómicas o estatales, es un trabajo primordial. Estuve en Esquerra Unida asumiendo la responsabilidad de Organización a nivel comarcal durante siete años. Estar en política es muy duro, tengo mucho agradecimiento a las personas que se dedican a tan noble y necesaria actividad. En todos los tiempos y ahora más, la acción política tendría que estar acompañada de la ética: dialógica de mínimos, discursiva, convicción y responsabilidad. Por eso la filosofía es necesaria que siga siendo una importante asignatura en la educación.

¿También está activa con la población migrante?

En esta última etapa, desde el año 2005, estoy dedicada totalmente a la población migrante desde la ONG Morvedre Acull. Mi trabajo en esta asociación me resulta satisfactorio por dos motivos. Las personas que atendemos, seguimos su proceso y vemos como, poco a poco, en términos generales, su vida va mejorando. Por otra parte, las personas que formamos la junta y todas las voluntarias, hacemos un equipo de trabajo, alegre, comprometido, eficaz, solidario entre nosotras, nos cuidamos, animamos, cada uno hace lo que sabe y le gusta, eso hace que podamos afrontar situaciones humanas, la mayoría, difíciles.

¿Qué trabajo está desarrollando ahora?

En la actualidad Morvedre Acull desarrolla un trabajo de sensibilización, interculturalidad y convivencia. En sensibilización, constantemente denunciamos la política de fronteras, las rutas de muerte, los muros, los cayucos, las desmesuradas cargas policiales, miles de personas que huyen de las guerras, del hambre, de dictaduras, del cambio climático… solo quieren una vida normal y se encuentran con la muerte. Hacemos una acogida integral en la medida de nuestras posibilidades y siempre que las instituciones, debido a la legislación actual, no las pueda atender.

Otros temas que quiera abordar.

Sí, hay un numeroso colectivo de mujeres cuidadoras de nuestras personas mayores que tienen muchas trabas en legalizar, normalizar su vida, a formar parte de esta sociedad, en igualdad de derechos y deberes. Tener su contrato, su seguro y pagar sus impuestos. Ellas necesitan trabajar y nosotros también las necesitamos, por ello, la actual ley de migración debe flexibilizarse. La otra gran necesidad es la vivienda. Por ello, pedimos a las instituciones que consideren la vivienda como una necesidad prioritaria. También a la sociedad saguntina que no tenga casas cerradas. Hay familias viviendo en una habitación en condiciones lamentables.

Los derechos adquiridos hay que defenderlos todos los días, ¿verdad?

Sí. Soy de una generación que tuvo como reto la conquista de las libertades, desarrollar la democracia y los servicios públicos. En la sociedad actual no podemos consentir dar pasos atrás, no demos por hecho que lo conquistado es para siempre.Tenemos un sistema económico insaciable: Cuidemos el planeta, nuestra casa común. Consumir menos. Nos va la vida en ello. Cultivemos la cultura de la Paz. A estas alturas, resolver los conflictos con guerras es un fracaso de toda la humanidad. Aunque unos pocos se enriquezcan.