La situación económica del Ayuntamiento de Sagunto es muy complicada. Ha llegado a tal punto que, hasta los componentes del equipo de Gobierno comentan, en tono jocoso, que ya no hay dinero ni para pagar el gasoil que ha de calentar el agua en las instalaciones deportivas. Aunque no es más que una anécdota, lo cierto es que se trata de un síntoma que, en cualquier caso, pone de relieve que el consistorio arrastra problemas económicos de mucho calado que vienen condicionando, principalmente, toda la política de inversiones desde 2021. Sin embargo, no parece que, en la recta final de esta legislatura, a unos meses de las elecciones municipales de mayo próximo, vaya a mejorar la situación, más bien todo lo contrario.
Efectivamente, miembros del equipo de Gobierno ya reconocen abiertamente, cuando faltan poco más de tres meses para cerrar el año en curso, que este ejercicio de 2022 se volverá a cerrar con déficit o ahorro negativo. Probablemente, se trate del más abultado de los registrados hasta la fecha, pues se baraja la cifra, en números redondos, de unos cinco millones de euros. Ni que decir tiene que no se podrá saber con el debido detalle si se produce déficit y de cuánto importe, hasta que el Departamento de Intervención del Ayuntamiento de Sagunto realice la correspondiente liquidación de las cuentas municipales de 2022, que se conocerá a finales de marzo de 2023.
Si se confirma que el Ayuntamiento de Sagunto cierra 2022 con números rojos, sería el tercer año consecutivo que sucede, ya que en 2020 el municipio, con un déficit de 1,6 millones de euros, encabezó la clasificación de todos los ayuntamientos valencianos que, tras realizar la liquidación del presupuesto, quedó acreditado que cerraron aquel año con más gastos que ingresos, según el informe de la Sindicatura de Cuentas. Es decir, de las 532 haciendas locales que hay en la Comunidad Valenciana, en 2020 cerraron el ejercicio con déficit un total de 33. De este grupo de consistorios, Sagunto ocupó la primera posición por ser la ciudad que más déficit arrojó. Pero, en 2021, volvió a tropezar en la misma piedra, produciendo un ahorro negativo del 4,86%, es decir, un déficit algo superior a los 3 millones de euros.
Toda esta situación, que pone al descubierto una gestión económica manifiestamente mejorable, condicionará el presupuesto de 2023, cuya elaboración ya debería de haber comenzado. Téngase en cuenta que, si el presente ejercicio se cierra con números rojos, tampoco se podrán incluir en las próximas cuentas municipales ingresos a cargo de préstamos, ya que no lo autoriza la normativa vigente. Así ha sucedido en los presupuestos de 2021 y 2022, de ahí que las obras programadas para esos años no se hayan podido ejecutar.
Aunque hay otros aspectos que también se han visto afectados. Como se recordará, en el pasado pleno municipal de julio se quedó sobre la mesa la aprobación de una partida presupuestaria de 50.000 euros para prorrogar el convenio que tiene suscrito el Ayuntamiento de Sagunto con la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) que, desde principios de este siglo, tiene abierta una extensión en Sagunto.
Paralelamente, la anulación de las becas del Conservatorio Profesional de Música Joaquín Rodrigo de Sagunto también cobró protagonismo antes de las vacaciones de agosto, sobre todo, desde que el tripartito tomara esta decisión el pasado 23 de junio, ya que resultaron muy perjudicados todos los alumnos del conservatorio que residen en el municipio.
Antecedentes
Tradicionalmente, el consistorio de Sagunto siempre ha dispuesto de recursos propios para atender cada año actuaciones y obras municipales, es más, durante la pasada crisis económica, en los años más duros de la recesión, el Gobierno municipal de la época, llegó, incluso, a destinar en un solo presupuesto hasta cinco millones de euros de superávit para financiar planes de empleo, diseñados, naturalmente, para ayudar a los más vulnerables. Sin embargo, en la actualidad, estas iniciativas sociales serían completamente inviables, salvo que se recurriera al endeudamiento.
Así lo confirmaba el concejal de Hacienda y portavoz socialista en el Ayuntamiento de Sagunto, Javier Raro Gualda, en declaraciones realizadas a este periódico en octubre del pasado año: «Con la realidad presupuestaria de nuestro Ayuntamiento los próximos años la gran mayoría de inversiones seguirá financiándose mediante préstamo, siempre garantizando un nivel de deuda viva constante y asumible», pronosticaba.
Es verdad que en esta legislatura el Gobierno de Sagunto se ha topado con el problema de la pandemia, que, lógicamente, no ha beneficiado en nada, sin embargo, se trata de una cuestión cuyuntural, ya que los problemas vienen de lejos. Efectivamente, el Ayuntamiento de Sagunto ha incrementado el gasto municipal hasta tal punto que han reducido a la mínima expresión los recursos propios disponibles para inversiones propiamente municipales. Sin ninguna duda, uno de los capítulos que más ha crecido es el de personal.
En este sentido, se puede indicar que en el propio Plan de Saneamiento Financiero 2021–2022, elaborado por la Oficina Presupuestaria del Ayuntamiento de Sagunto tras producirse déficit o ahorro negativo en 2020, ya se menciona el progresivo incremento de la plantilla municipal desde el año 2015: «En lo que respecta a los gastos de personal, se observa en términos porcentuales un incremento constante desde el ejercicio 2016, esto se debe al incremento de la plantilla del ayuntamiento (desde el 2015 a la actualidad se ha incrementado en torno un 10%) junto con los sucesivos incrementos salariales, así como la implantación progresiva del “Acuerdo por el que se establece el sistema de carrera profesional horizontal del personal del Ayuntamiento de Sagunto” de fecha 1 de febrero de 2019». De lo que se desprende que el progresivo incremento de la plantilla consistorial se inicia con la llegada del gobierno tripartito que se formalizó tras las elecciones de mayo de 2015.
El mayor empleador
Por otro lado, en el pleno municipal celebrado el 8 de abril de 2021, el Ayuntamiento de Sagunto aprobó su Plan de Igualdad Laboral con la única oposición de Vox. En este documento, que estará vigente hasta 2024, ya se situaba la plantilla municipal en un total de 710 personas empleadas, de las cuales 393 eran mujeres y 317 hombres. Unos meses después, en el cuarto trimestre de 2021 la plantilla ascendía hasta los 723, de los que 316 eran fijos y 407 temporales. Seis meses más tarde, a 30 de junio de 2022, la nómina municipal daba otro estirón importante, situándose en un total de 771 personas contratadas, a razón de 332 fijas y 439 temporales.
Con estos datos, se puede concluir que entre abril de 2021 y junio de 2022 el número de personas que trabajan para el consistorio saguntino había pasado de las 710 a las 771, o sea, que en poco más de un año ha crecido en 61 personas más. Si se tiene en cuenta que a lo largo de ese periodo también se han producido bajas de la plantilla por jubilación, está claro que las incorporaciones han alcanzado una mayor cuantía.
Es importante significar que, entre este contingente de 771 personas, solo se contabilizan las que trabajan directamente para la administración municipal, no incluyéndose en esa cifra la plantilla de SAG, que pueden rondar las 350 personas, o el propio Consell Agrari, cuya guardería rural es la parte más numerosa de este servicio que también se costea con cargo al presupuesto municipal.
Así las cosas, se puede afirmar que el consistorio saguntino y todos sus estamentos satélites, constituyen el yacimiento de empleo más importante de la comarca del Camp de Morvedre, muy por encima de empresas como ArcelorMittal, que, por ahora, es con mucha diferencia la más importante del municipio por número de personal contratado.
