La adjudicación de contratos menores ‘a dedo’ se ha disparado en el Ayuntamiento de Sagunto desde que llegó a la Alcaldía el socialista Darío Moreno, según se desprende de un estudio realizado por Iniciativa Porteña, apoyándose en datos de la Intervención municipal de Sagunto. Efectivamente, durante las últimas semanas IP ha recabado información para «revisar los contratos menores realizados por el Ayuntamiento de Sagunto desde el año 2019, ejercicio en el que tomó la Alcaldía Darío Moreno. Las comprobaciones realizadas han sido demoledoras», explica el portavoz del partido, Manuel González Sánchez, quien aclara que un año antes, en 2018, «el Ayuntamiento realizó 418 contratos menores, con un montante total de 599.533 euros, lo cual, aun siendo exagerado, apenas era una minucia para lo que tenía que venir con el relevo en la Alcaldía».
En la anualidad de 2019, en la que, a partir del 15 de junio, Darío Moreno sustituyó como alcalde a Francesc Fernández, el número de contratos menores se dispara: «comenzando con ello el más absoluto descontrol en las cuentas municipales. En esa anualidad se duplican los contratos menores, pasando a 833, pero el coste de esas adjudicaciones de bajo control pasa a ser de 3.419.928 euros, casi un 600% más que en el año 2018. A partir de ahí viene a reinar el descontrol más absoluto, tal y como acreditan los números», indica González.
En 2020, año en el que se declaró la pandemia, dice González que «el gobierno municipal continúa por la senda del derroche, de hecho, ese año terminó con una liquidación del presupuesto, que, por primera vez en esa década, arrojó números rojos. Buena parte de ese desastre viene condicionado porque los contratos menores carecen del control necesario, y, en esa anualidad, vuelve a crecer el gasto en este capítulo, pues se realizaron 957 contratos menores, con un coste total de 4.929.122 euros, una auténtica barbaridad. Algunos intentarán justificarlo con la pandemia, que provocó la compra de material específico, pero no nos engañemos, se continuó por la senda iniciada en mayo de 2019».
El portavoz de IP ha explicado que «a pesar de que cerraron en números rojos el ejercicio de 2020, Darío Moreno no ha puesto freno en el equipo de gobierno, con lo que en la anualidad del 2021, la senda del gasto en contratos menores, continuó en la misma línea, pues se realizaron 830 contratos menores, con un montante total de 4.258.975 euros gastados y, por supuesto, este descontrol se puede transpolar al presupuesto municipal que volvió a arrojar un saldo neto negativo, o lo que es lo mismo, más números rojos».
En cuanto al ejercicio actual, el 2022, asegura González que: «seguimos en el mismo despropósito, pues desde el uno de enero de 2022, hasta el pasado uno de agosto, donde concluye nuestro estudio, se han adjudicado un total de 507 contratos menores, con un gasto total de 2.473.080 euros, que, de seguir a este ritmo, nos hará concluir el 2022 con más de cuatro millones de euros en contratos menores».
Falta de control presupuestario
Una de las críticas más intensas que han realizado desde Iniciativa Porteña en la presente legislatura «ha sido la falta de unos presupuestos municipales creíbles, puesto que los inflan con ingresos que luego no se producen, con lo que deforman una herramienta que debe ser más realista y prever con la máxima certeza cuáles van a ser los ingresos reales y, al mismo tiempo, dotar los distintos departamentos de la previsión necesaria para desarrollar sus actividades e inversiones. Sin embargo, tal y como ha quedado acreditado, el equipo de gobierno elabora un documento claramente político y con las dotaciones respecto a ingresos, muy elevadas. El resultado es que no se cumplen los ingresos, y gastan más de la cuenta, sobre todo en contratos menores, que son la antítesis de lo que debe ser el gasto ordenado en una administración pública», lamenta el portavoz de IP, Manuel González.
Concluye el concejal segregacionista indicando que «llevamos mucho tiempo avisando del desastre de gestión de un equipo de gobierno conformado por PSOE, EU y Compromís, en el que cada uno va a lo suyo, sin que el alcalde haya sido capaz de coordinar y establecer un orden. Es un desastre injustificable».
