La catedrática de Geografía Física de la UV, Ana Camarasa, interviene en una jornada organizada por Acció Ecologista-Agró

El sendero azul, al actuar como muro de represa, ocasiona inundaciones en las playas del Puerto y Canet

Un momento de la excursión por el delta del río Un momento de la excursión por el delta del río
Lunes, 11 Abril 2022 10:44

Este pasado sábado, 9 de abril, se celebró una jornada organizada por el Casal Jove de Puerto de Sagunto juntamente con Acció Ecologista-Agró, se trata de la primera actividad de una serie que se desarrollará bajo el título ‘El palància: com és el nostre riu i com el volem’.

Ante una numerosa asistencia, la catedrática de Geografía Física de la Universitat de València, Ana Camarasa, expuso cómo se comportan los ríos y en particular el Palancia, desde su nacimiento en la sierra de El Toro hasta su desembocadura entre Puerto Sagunto y Canet; su diferente comportamiento si llueve “bien” o si llueve torrencialmente; y cómo las intervenciones humanas poco respetuosas han ido afectando su cauce y su desembocadura, obstaculizando su transcurrir natural. En su opinión, «estamos alterando el equilibrio natural del río».

Tras su exposición, detallando estos y otros aspectos, se organizó una excursión desde el Casal Jove hasta el cauce del río para realizar un breve recorrido muy ilustrativo de lo expuesto en su conferencia. En su lecho se ha podido comprobar, además de la suciedad que lo invade: escombros, muebles, plásticos, etc., la carretera alegal que lo cruza; las casetas que invaden el dominio del agua, etc.

Asimismo, se constató cómo la plataforma del Sendero Azul, que transcurre entre el Puerto y Canet a lo largo de la desembocadura, se eleva más de un metro y medio sobre el nivel del agua, actuando de muro de represa, lo que ha ocasionado que en la reciente avenida de mediados de marzo el agua no haya podido desaguar naturalmente y haya anegado los paseos marítimos del Puerto y Canet. En definitiva, se ha podido comprobar “in situ” como las sucesivas intervenciones humanas «no bien pensadas» actúan de impedimento para que el río pueda discurrir con fluidez sin causar daños.

En palabras de Ana Camarasa, la conclusión más importante, es que «no hay que enfrentarse al río porque tenemos las de perder. Hay que adaptarse a él, respetando su equilibrio ambiental».


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