El equipo de Gobierno municipal de Sagunto, presidido por el socialista Darío Moreno, pese a contar con mayoría suficiente para aprobar los presupuestos municipales de 2022 en tiempo y forma, ha sido incapaz de ponerse de acuerdo y, a falta de unos días para finalizar el mes de enero, todavía no se sabe cuándo se podrán sacar adelante. Los más optimistas piensan que será a lo largo del mes de febrero. De hecho, en la comisión de Hacienda celebrada ayer jueves, el concejal del ramo, Javier Raro Gualda, afirmó que ya estaban listos. Otras fuentes del tripartito han confirmado que en cuestión de dos semanas se podrá presentar un borrador a la oposición para su estudio y debate. Todo esto implica que, al tener que estar un mes en exposición pública tras su aprobación en primera instancia, su entrada en vigor definitiva sería para marzo o, inclusive, principios de abril, dependiendo de cuándo se lleve a cabo la aprobación inicial.
El problema siempre es el mismo, los tres partidos que sostienen el tripartito: PSOE, Compromís y Esquerra Unida, reclaman recursos para sus respectivas áreas y delegaciones que son imposibles de atender en base a los ingresos reales del Ayuntamiento, y aquí, precisamente, es donde surge la complicación, porque el concejal de Hacienda, Javier Raro Gualda, tiene que ‘negociar’ con los socios de Gobierno por dónde se mete la tijera para casar el gasto con los ingresos, lo que a todas luces constituye un dificilísimo encaje de bolillos.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que este 2022 es el último año efectivo de la actual legislatura, dado que en mayo de 2023 se celebrarán las elecciones municipales, de ahí que todos los partidos que sostienen el tripartito quieran disponer de muchos recursos económicos para ‘lucirse’ en la recta final de su mandato. Ni que decir tiene que toda esta combinación de circunstancias ha lastrado la aprobación del presupuesto municipal de 2022, lo que, sin duda, tendrá efectos negativos para la ciudadanía, puesto que, aunque se prorrogaron las cuentas de 2021 el pasado diciembre por acuerdo de la Junta de Gobierno, no ha seguido esos mismos pasos el denominado presupuesto de inversiones, con lo cual, hasta que no se apruebe y entre en vigor el nuevo presupuesto, todo el apartado de obras e inversiones no se podrá sacar a licitación.
Más gasto corriente y de personal
A este respecto hay que tener en cuenta que el Ayuntamiento de Sagunto ya ha llegado a una situación límite en la que tiene que endeudarse para poder financiar las inversiones que planifica, no solo de obra nueva, sino cuestiones tan cotidianas y básicas como la partida de gasto para la propia reparación o rebacheo de calles. Hay que tener en cuenta que el Ayuntamiento de Sagunto, desde las elecciones de 2015, que está gobernado por las fuerzas progresistas y Compromís, ha entrado en una espiral de incremento del gasto de personal y gasto corriente de bienes y servicios. En el cuadro se ve nítidamente la evolución de ambos conceptos entre 2011 y 2020.
En todo caso, se puede indicar que en 2015 la nómina del personal ascendía, sin contar los empleados de la SAG o el Consell Agrari, a 19,8 millones de euros y cinco años después, en 2020, ha crecido hasta los 27,7 millones, o sea, 7,9 millones de euros más. En cuanto a los gastos corrientes de bienes y servicios se ha pasado de los 18,4 de 2015 a los 23,4 de 2020, es decir, cinco millones de euros más. Estos conceptos, que en el presupuesto se incluyen en los capítulos 1 y 2 respectivamente, en tan solo cinco años han aumentado en su conjunto en 12,9 millones de euros, de ahí que las disponibilidades económicas para inversiones estén limitadas a la suscripción de nuevos préstamos y, por consiguiente, a un incremento del endeudamiento.
Endeudarse para invertir
Por otro lado, el consistorio acabó 2020 con déficit, debido también a las medidas adoptadas ante la pandemia del coronavirus. Pues bien, al cerrar 2020 con déficit, la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico de Ganeralitat Valenciana no autorizó al Ayuntamiento de Sagunto a suscribir un préstamo de 7,5 millones de euros y, por consiguiente, no ha podido llevar a cabo las actuaciones previstas en el plan de inversiones del presupuesto 2021.
Además de no poder endeudarse, la ley obliga a la administración que entra en déficit o ahorro negativo, como se denomina eufemísticamente, a establecer un plan de saneamiento: «Cuando el ahorro neto sea de signo negativo, el pleno de la respectiva corporación deberá aprobar un plan de saneamiento financiero a realizar en un plazo no superior a tres años, en el que se adopten medidas de gestión, tributarias, financieras y presupuestarias que permitan como mínimo ajustar a cero el ahorro neto negativo de la entidad, organismo autónomo o sociedad mercantil».
En este sentido, el Ayuntamiento de Sagunto ya aprobó su plan de saneamiento para el periodo comprendido entre 2021 y 2022, tras producirse en el ejercicio de 2020 un ahorro neto negativo, es decir, un déficit, de 1.628.199,50 euros. Así las cosas, el citado plan limitaba el incremento del endeudamiento para 2021 a 4,9 millones de euros, que finalmente tampoco fue autorizado por la Generalitat. No obstante, para 2022 se podrá suscribir un crédito por importe de 3 millones de euros, si, como parece, la liquidación del presupuesto del año 2021 no se cierra con déficit o ahorro negativo.
En cualquier caso, habrá que esperar a que se presente el borrador de las cuentas municipales de 2022 para comprobar cuál es el nivel de endeudamiento que se establece, es decir, los 3 millones previstos para el segundo año del plan de saneamiento o la suma de los dos préstamos contemplados, con lo cual, se destinarían a inversiones 7,9 millones de euros. Cuestión distinta es si se va a disponer de tiempo suficiente para tramitar las licitaciones de las actuaciones contempladas en los nuevos presupuestos, que, como se ha indicado, entrarán en vigor en el mes de abril.
