La emergencia sanitaria y el prolongado encierro está poniendo al descubierto una crisis social, probablemente sin precedentes, ya que, debido al confinamiento, todos los ciudadanos que iban capeando el temporal desde la economía sumergida, se han quedado sin ingresos y sin la cobertura del Estado. Al tratarse de personas que vivían al día porque sus ajustados ingresos no le permitían generar un mínimo colchón para aguantar esta situación, se han visto obligados a pedir ayuda para cuestiones tan básicas como la propia alimentación. En este sentido, el papel de entidades como el Centro Solidario de Alimentos de Sagunto (CSAS) adquiere una relevancia fundamental para que tantas familias sin recursos no se queden desamparadas.
Este tipo de organizaciones funcionan con las ayudas oficiales, en este caso del Ayuntamiento de Sagunto, pero también con aportaciones de entidades privadas y con las donaciones particulares que reciben en las campañas periódicas que organizan para captar alimentos. En este contexto cabe resaltar la importante aportación que esta misma semana ha realizado la empresa Saggas, dentro de su programa de responsabilidad social corporativa, inyectando en la cuenta corriente del Centro Solidario de Alimentos de Sagunto la suma de 20.000 euros, que, como indican desde el propio CSAS, viene como anillo al dedo para hacer frente al incremento de la demanda que están atendiendo desde que empezó el estado de alerta.
Según relata un responsable del Centro Solidario de Alimentos de Sagunto: «fue la propia empresa la que se puso en contacto con el Centro Solidario de Alimentos para preguntarnos qué necesitabamos. Y lo que necesita un banco de alimentos, además de voluntarios, son alimentos o dinero para poder comprarlos».
A partir de aquí, el CSAS envío un informe con las expectativas que había en referencia al aumento de usuarios y las necesidades que supondrían para la entidad y en menos de una semana la planta regasificadora ha ingresaron 20.000 euros en la cuenta del Centro Solidario, que, según explican desde la entidad: «suponen un balón de oxígeno para la organización y una garantía para hacer frente a este primer mordisco en el bienestar social que la crisis del COVID 19 ha supuesto. Por desgracia, el drama acaba de comenzar y aunque casi nadie duda de que saldremos de ésta, quedan meses aciagos en los que necesitaremos la mejor versión de nosotros mismos, cada uno en su ámbito personal y social, para salir adelante».
Desde el Centro Solidario de Alimentos de Sagunto resaltan que «actitudes como las de Saggas y algunas otras empresas que por un momento no sólo piensan en maximizar beneficios, nos hacen mejores, nos dan esperanza para que todo esto pase y más pronto que tarde podamos despertar de este mal sueño, ojalá cunda el ejemplo y muchas más compañías se sumen a esta tendencia».
Como ya informó El Económico en su pasada edición, en total, desde que se iniciaron estas ayudas extraordinarias como consecuencia de la situación excepcional derivada del coronavirus, se han atendido a 122 nuevas familias, entregando hasta la fecha más de 7.000 kilos. Según explicaban desde el Centro Solidario los productos que se están suministrando son: Pañales, leche de continuación, potitos, toallitas, cacao soluble, cereales, aceite de oliva, conservas de atún y sardinas, caldos, macedonia de verduras, fabadas, fruta en conserva, tomate frito, arroz, pasta y leche. Además de gel y lavavajillas.
«Intentamos dar una cesta lo suficientemente variada y nutritiva con productos no pere-cederos, la cantidad varía en función de los miembros que son en cada familia. Además, tenemos especial atención en aquellas familias que tienen niños y o lactantes para que en estas cestas no falte un incremento de leche, cereales e incluso Colacao y, por supuesto, pañales y leche de continuación para los lactantes», detalla la responsable de organizar las cestas por familia.
Sin embargo, recuerdan desde el Centro Solidario que todavía quedan ‘secuelas’ de la crisis de 2008, a pesar de que han transcurrido ya doce años: «no podemos olvidar que, por desgracia, en el banco de alimentos se sigue ayudando a los ciudadanos que todavía no han superado los estragos de la crisis del 2008. De hecho, se atienden a unas 350 familias, cifra en la que no se incluyen las 122 antes mencionadas, y que ahora más que nunca necesitan la asistencia».
