El cuatripartito, el pasado miercoles, presentando los presupuestos municipales de 2019
El próximo 30 de noviembre, el cuatripartito municipal aprobará en pleno extraordinario los presupuestos municipales de 2019. Serán, por tanto, las terceras cuentas que saca adelante el Gobierno de Sagunto que preside el nacionalista Francesc Fernández. Esto es posible por la holgada mayoría que reúnen los grupos municipales de Compromís, PSOE, Esquerra Unida y ADN Morvedre, la que era marca blanca de Podemos que ahora ha cobrado vida propia.
Sin embargo, esa mayoría, precisamente, también ha permitido que el Ayuntamiento de Sagunto registre los niveles de endeudamiento más elevados desde, al menos, 2008. Como se puede ver en el cuadro, cuando Francesc Fernández llegó a la Alcaldía, a mediados de 2015, la deuda municipal consolidada ascendía a 25.122.000 euros, tres años después, en 2018, esa cifra ha escalado hasta los 37.621.274, lo que implica que cada ciudadano del municipio debe 576,32 euros. Estos datos reflejan que el débito municipal ha crecido un 49,75% en solo tres años.
Para el año próximo, según las cuentas de 2019, el endeudamiento municipal consolidado alcanzará lo 34.789.342, es decir, cada vecino empadronado en Sagunto, según el censo de 2017 que es el más actualizado, tiene anotada una deuda de 532.94 euros.
En el apartado del cuadro donde se refleja el porcentaje de endeudamiento sobre el presupuesto municipal de cada año, hay que tener en cuenta que esas cifras sueles distar bastante de la realidad, ya que los gobiernos municipales tienden a hinchar artificialmente los ingresos. El dato más esclarecedor lo encontramos, precisamente, en este 2018, donde la deuda municipal consolidada representa un 47,52% del presupuesto municipal de ingresos previsto para 2018. Sin embargo, según los datos ofrecidos por la Concejalía de Hacienda, ese porcentaje es muchísimo mayor, asciende exactamente a un 72%, esta cifra refleja que, a punto de acabar 2018, la contabilidad municipal real ha reflejado que entre el presupuesto de ingresos que realizó el cuatripartito el año pasado y lo realmente recaudado, la diferencia es bastante notable.
Para el próximo ejercicio ya se da por hecho que pueda ocurrir algo parecido, puesto que la deuda consolidada para el próximo año representa un 44,13%, mientras que el propio concejal de Hacienda ya baraja un porcentaje respecto de las cuentas consistoriales del 53%. Esto significa que, una vez más, los ingresos previstos no se van a cumplir, es decir, que el capítulo de ingresos previsto para 2019 no deja de ser una estimación al alza que realiza el Gobierno municipal para poder elevar el nivel de gasto.
Por otro lado, hay que tener muy presente que el Gobierno municipal que preside el nacionalista Frances Fernández habrá gestionado a lo largo de estos cuatro años de legislatura, alrededor de 300 millones de euros, exactamente 293 millones de euros, que es a lo que alcanzan la suma de las cuentas municipales correspondientes a 2016, 2017, 2018 y 2019. En resumen, cuatro años de legislatura y alrededor de 300 millones de euros para gastar, que para los que hayan perdido la referencia monetaria, pese al tiempo transcurrido desde el cambio de moneda, son cerca de 50.000 millones de las desaparecidas pesetas.
Años de fuerte recesión
Entre 2008 y 2015 fue cuando la recesión económica azotó al país, aunque su mayor crudeza se registró entre las anualidades de 2011 y 2014. Durante estos años duros, de vacas muy flacas, la recaudación de algunos impuestos municipales se desplomó totalmente, viéndose reducidos sus ingresos a la mínima expresión, como, por ejemplo, es el caso del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), pues durante ese periodo se redujo a cero la edificación de vivienda nueva y, por otra parte, el asentamiento de nuevas empresas brilló por su ausencia.
El ICIO, precisamente, fue uno de los impuestos que proporcionó millonarios ingresos municipales durante el periodo económico expansivo, donde la construcción de vivienda en el municipio fue una de las principales actividades económicas de aquellos años de boom inmobiliario.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Sagunto no alcanzó en aquel tiempo los actuales niveles de endeudamiento, pese a descender entonces la recaudación de ingresos significativamente por la severa recesión económica. Fue 2013 el único año en el que el débito superó la barrera de los 30 millones de euros, precisamente uno de los más duros del periodo de gravísima crisis económica.
Todo lo contrario de lo que sucede en esta legislatura, donde el cuatripartito se encontró un intenso viento de cola, por el cambio de ciclo económico, que empezó a notarse a partir de 2015. De hecho, tanto el resurgir de Parc Sagunt, como la puesta en marcha de Vidanova Parc, han sido consecuencia directa de los años de bonanza económica.
