Las secciones de Tráfico y Playas de la Policía Local de Sagunto se han coordinado para llevar a cabo la ‘Campaña de Vigilancia y de Velocidad’, desde el principio de la temporada estival y durante un período aproximado de seis semanas, y en virtud del convenio de colaboración del Ayuntamiento de Sagunto y la DGT. En total, la campaña se ha saldado con la intervención y sanción a 512 infracciones, consideradas como graves.
Así, se han realizado 47 controles específicos de velocidad, con un total de 78 horas de trabajo, en las que se han controlado aproximadamente unos 3.000 vehículos.
De este modo, se han registrado 512 infracciones en total, de las cuales 7 han sido sancionadas con 500 euros y la retirada de 6 puntos del carnet. Un total de 31, sancionadas con 400 euros y 4 puntos y 147 con una multa de 300 euros y la retirada de 2 puntos. Las más numerosas han ascendido a 327 infracciones, sancionadas con 100 euros cada una, pero sin la retirada de puntos. No obstante, los conductores multados han podido abonar la mitad del cargo dentro del plazo de 20 días desde la notificación de la sanción. Resaltar, también, que no se han detectado infracciones muy graves, ni presuntos delitos contra la Seguridad Vial por exceso de velocidad en el trascurso de la campaña.
Destacar, por último, que el margen manejado por los agentes para la corrección de infracciones ha sido al menos de 20 k/h por encima de la velocidad de limitación, es decir en vías de limitadas a 50 Km /k se han estado corregido infracciones de velocidad por encima de los 70 Km/h.
El concejal de Policía Local, Enric Ariño, ha explicado que el departamento de Policía Local hace controles en el municipio para mejorar la seguridad vial. Por ese motivo se ha puesto en marcha la ‘Campaña de Vigilancia y de Velocidad’ para «concienciar a los ciudadanos de que a una determinada velocidad un accidente es más peligroso que a otra». Además, ha incidido en que «el objetivo no es sancionar, sino concienciar a la ciudadanía de la necesidad de cumplir las normas que hay».
La velocidad, ya sea excesiva (por encima de los límites establecidos) o inadecuada (dentro de los límites, pero sin ajustarse a las condiciones de la vía, el vehículo o el conductor), es un problema de seguridad vial en muchos países según determina el Foro Internacional de Transportes (FIT), dependiente de la Organización para la Cooperación y Desarrollo (OCDE).
Por lo tanto, la velocidad excesiva o inadecuada es el componente fundamental que determina la mayor o menor incidencia en la siniestralidad vial, la gravedad y el grado de lesión de las víctimas en caso de accidente de tráfico. En 2017 (último año con datos consolidados) 400 personas fallecieron en las carreteras y vías urbanas en accidentes en los que la velocidad fue uno de los factores concurrentes.
La OCDE, en su último informe ‘Velocidad y riesgo de accidente’ confirmó que el riesgo de fallecimiento de un peatón atropellado se multiplica por 5 cuando la velocidad de impacto pasa de 30 km/h a 50 km/h y que, en vías interurbanas, una reducción de la velocidad media de 5 km/h produce un descenso de los accidentes mortales en un 28%.
Dicho informe recomienda reducir la velocidad de circulación para disminuir los accidentes y las víctimas y propone un límite de 70 km/h en las carreteras sin mediana de separación entre los dos sentidos por el riesgo de choque frontal; a 50 km/h en zonas urbanas con intersecciones y riesgo elevado de colisiones laterales y en áreas urbanas residenciales, donde los vehículos comparten espacio con los usuarios vulnerables.
Asimismo, según se recoge en el estudio ‘El porqué de los radares: efectividad de los radares como medida de control de velocidad’, del Grupo de Investigación Facthum.lab de la Universidad de Valencia: «La velocidad excesiva reduce el tiempo de reacción, dificulta el control del vehículo y la rectificación de la trayectoria, aumenta la agresividad y el estrés del conductor y altera el funcionamiento sensorial (disminuyendo el campo visual) y el fisiológico (aumentando el nivel de fatiga)».
Además, según la Dirección General de Movilidad y Transporte de la Comisión Europea, la velocidad es un factor determinante en el 30% de los accidentes mortales y el exceso de la misma aumenta tanto el riesgo de sufrir accidentes como la probabilidad de sufrir lesiones de carácter grave e incluso morir.
