El Consell presentí ayer el programa UNEIX, donde desarrolla la planificación en infraestructuras para el periodo 2018-2030. Esta planificación se ha elaborado desde un punto de vista sostenible y social como una herramienta de vertebración del territorio y de refuerzo del modelo productivo.
«Desde el punto de vista de Sagunto, hay que decir que la atención a la logística y en las áreas de expansión productivas, Parc Sagunto I y II tienen un trato destacado, pero hay que tener en cuenta que esas áreas sin el refuerzo en infraestructuras necesarias nos pueden conducir a un nuevo cuello de botella. El nodo de conexiones de infraestructuras correspondiente en Sagunto se encuentra ligado a competencias estatales, cosa que en parte es así, en cuando a la competencia ferroviaria, pero que no puede servir como excusa para no ejecutar las competencias y las obligaciones autonómicas, las cuales no pueden retrasarse y deberían de formar parte del ámbito de la ejecución inmediata», ha señalado la diputada autonómica de Compromís, Teresa García.
La ex concejala saguntina considera que el desdoblamiento de la CV-309 es básico para acabar las obligaciones asociadas al desarrollo de Parc Sagunt I. «Estas obligaciones tienen una implicación autonómica ineludible y impostergable. De igual manera, se echa de menos el enlace norte con la AP-7, para poder aprovechar la liberación del Pontazgo y conectar el núcleo histórico, Almardà y la Vall de Segó, conexión muy positiva para la comarca. Y, por otro lado, son muy fáciles de realizar con un coste relativamente bajo. Así como las pantallas acústicas de la AP-7, cuyo esfuerzo inversor es mínimo y la ganancia en la calidad acústica del Norte del Palància sería notable», ha señalado García.
La diputada, asimismo, considera que «la movilidad de proximidad también tiene que contemplar una conexión directa del Puerto de Sagunto con el sistema de cercanías. No podemos no tener en cuenta las necesidades de un núcleo de población que actualmente sólo tiene acceso a la red de cercanías a través del autobús o el vehículo privado. Hace falta, en una planificación a diez años, contemplar y tener resuelta una necesidad de desplazamiento básica para la población. Una ciudad lineal de 65.000 habitantes que forma parte de la autoridad metropolitana de València, no puede sostener su movilidad pública, únicamente sobre un servicio de transporte público basado en el sistema actual. Hace falta, una intervención estatal a través de la red de cercanías, o una intervención autonómica a través de sus medios. Y hace falta además elegir aquella que sea más fácilmente implementable, en presupuesto y en horizonte temporal. Es por eso por lo que en la fase de participación pública que se abre, se tendrán que elevar las necesidades estratégicas de la movilidad y las infraestructuras relativas a nuestra ciudad, de tal forma que con los informes técnicos que correspondan, poder enfrentar el horizonte 2030».
