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Las actuaciones comenzaron en 2015, se paralizaron y volvieron a ejecutar en 2017 por otra empresa, y a pesar del tiempo que dedicaron para realizar un nuevo proyecto mejor, los vecinos creen que los acabados no están a la altura

Los vecinos de la calle Valencia denuncian las molestias que sufren durante años por las obras

El concejal de mantenimiento en las obras de la calle Valencia casi finalizadas El concejal de mantenimiento en las obras de la calle Valencia casi finalizadas Los vecinos de la calle Valencia denuncian las molestias que sufren durante años por las obras
Viernes, 13 Julio 2018 12:00

Las obras de la calle Valencia están, según el consistorio, a punto de finalizarle, pero los vecinos llevan sufriendo las consecuencias de dichos trabajos desde 2015. Además de los ruidos, cortes de circulación y la inutilización de sus vados durante casi un año, denuncian la primera actuación de la empresa Bertolín, que finalmente no sirvió de nada, la falta de trabajadores, los acabados en los bordillos de los garajes de los vecinos y la poca supervisión de los técnicos municipales en los trabajos de la empresa.

El pasado viernes 6 de julio, cuando ya había pasado más de un mes de vencimiento del plazo fijado, el concejal de Mantenimiento, Pepe Gil, informó que «Hoy es un día de satisfacción porque por fin vamos a abrir la calle Valencia, al menos en el tramo que va desde la plaza de Ángel Bobo o Blasco Ibañez hasta la calle Dolz del Castellar, la calle de les Llimeres. Las obras en principio está previsto que acaben totalmente a finales de agosto, probablemente el 15 de septiembre ya estarán todas acabadas».

Sin embargo, los vecinos de la calle Valencia no están tan contentos ya que llevan sufriendo las obras desde 2015. En enero de ese mismo año, el anterior equipo de gobierno (Partido Popular) aprobó invertir 615.987 euros en dichas obras de reurbanización. La adjudicación recayó en la empresa Grupo Bertolín S.A que presentó unas mejoras por un importe de 249.889 euros. La empresa abrió toda la calle, cuando los vecinos denuncian que debían hacerlo por tramos. Fue entonces cuando encontraron restos arqueológicos. Los trabajos según los vecinos se centraron en la examinación de los restos y en julio de ese mismo año, les comunicaron la paralización de las obras. El concejal de Mantenimiento, Pepe Gil; y el de Urbanismo, Pablo Abelleira, se reunieron con los vecinos de la Asociación del Raval para explicarles que el consistorio no tenía nada que ver en la paralización de las obras. La calle fue definida como Zona de Protección Arqueológica y la empresa a pesar de que podía seguir trabajando en otra parte de la calle decidió unilateralmente suspender las obras.

Bertolín decidió no continuar con las obras y el consistorio decidió crear una nueva licitación para que nuevas empresas se presentaran a concurso. En octubre de 2015, ya con el nuevo equipo de gobierno en el poder, el consistorio y la empresa Bertolín resolvieron el contrato de obras de la calle Valencia, con el objetivo de adecuar la zona para la circulación de vehículos y personas en el tiempo que dure la licitación del nuevo contrato. El proyecto tardó mas de un año en hacerse y salir a licitación publica. Finalmente, El presupuesto de adjudicación para la ejecución de las obras fue de 491.814,18 euros (IVA incluido), y la encargada de llevarlas a cabo fue la empresa ELECNOR SA.

«Llevamos sufriendo las molestias desde 2015, todo comenzó con la primera contrata con la empresa Bertolín estos señores abrieron toda la calle con las consiguientes molestias en lugar de hacerlo por tramos. Sin llegar a finalizar ningún tramo se paró la obra porque pedían más dinero se les agotó, según ellos, por las excavaciones. Se concluyó la legislatura del Partido Popular y el nuevo equipo de gobierno negoció con la empresa, finalmente se quedó en hacer un nuevo proyecto y una nueva adjudicación. Se cerró todo lo abierto con cemento para que fuera transitable y dijeron que vistas las deficiencias que se habían observado querían hacer un nuevo proyecto con tiempo para sacarlo a concurso. Tardaron más de un año en sacar un nuevo proyecto, y mientras realizaron el gasto innecesario de cubrirlo todo con cemento para luego picarlo otra vez», comienzan denunciando los vecinos.

En octubre de 2017 comenzaron, de nuevo, las obras de reurbanización en la calle Valencia, en el barrio del Raval, entre la plaza Blasco Ibañez y la parroquia del Salvador. Y el ayuntamiento informó que lo trabajos, tenían un plazo de ejecución de 10 meses. Sobre el tiempo de paralización, los vecinos expresan que no estuvo bien invertido: «después de más de un año de paralización para hacer el proyecto podían haber pensado mejor ciertas cosas como el tema de los bordillos por los que se volvió a paralizar las obras durante una semana. No sé que revisión hicieron los técnicos municipales del proyecto porque cuando llegaron los bordillos se dieron cuenta que eran muy estrechos. Los vecinos no nos explicamos como en el proyecto no aparecían las dimensiones de los bordillos y no se dieron cuenta antes».

Otra de las quejas vecinales son sobre la ejecución por tramos «el concejal de Mantenimiento, Pepe Gil, nos informó que las obras se iban a ejecutar por tramos, pero al mes de empezar ya estaba toda la calle pringada. Tampoco entendemos el trabajo con los restos arqueológicos, la primera empresa estuvo 4 meses haciéndole fotos y los de la nueva empresa estuvieron dedicándole otras tantos, no entendemos el trabajo de los anteriores porque no sirvió y se tuvo que volver a repetir. Fue una paralización más para luego volver a tapar los restos»

Con respecto a los plazos de finalización de las obras los vecinos afirman, que en junio, en el vencimiento del plazo, no estaba ni finalizado el primer tramo, hecho que no les sorprendió por «los pocos operarios que habían trabajando, solo unos cuatro o cinco, y daba la impresión de que no había una organización de trabajando entre ellos. Empezaban una cosa, la dejaban a medias y se marchaban a empezar otra. Iban dando tumbos de arriba abajo, el trabajo lo hacían pero invertían más tiempo».

«Las molestias han sido eternas, teníamos la calle abierta, los accesos cortados, ruido a tiempo y a destiempo, antes de las 8 de la mañana ya estaban picando. Por no hablar del tema de los coches. Para que nos devolvieran la tasa del vado por tener nuestros garajes inutilizados, teníamos que hacer una solicitud expresa en el consistorio. Nosotros esperábamos una iniciativa del Equipo de Gobierno en el pleno, que ellos mismos lo hubieran intentado arreglar, pero no, es mejor que nos toque movernos a nosotros sabiendo que la calle está plagada de personas mayores que por no ir, no lo iban a reclamar. De modo, que a pesar de las molestias, nos han seguido cobrando el recibo», añaden los vecinos.

No es el único tema de enfado de los residentes de la calle Valencia con respecto a sus garajes, ya que cuentan que «en lugar de traer bordillos con la inclinación correcta para la entrada a los garajes, compraron bordillos enteros y los cortaron con la radial. Hicieron la prueba en dos o tres garajes para saber la inclinación que tenían que llevar, nos quedamos de piedra porque hay una normativa europea que regula eso y muchas empresas ya lo venden cortado conforme a esa normativa. Cuando se dieron cuenta que el corte no era uniforme, ya los trajeron cortados según la normativa, pero a los vecinos con los que hicieron la prueba no se los han cambiado y el concejal afirma que no lo harán si no es de ley».

Los vecinos afirman que las obras les han dejado cosas buenas, ya que tendrán mejor alumbrado, bancos y arboles y la calle quedará más bonita, pero, también denuncian que «deberían de haber hecho las aceras más estrechas porque ahora hay falta de aparcamiento» . Otra de las quejas vecinales es sobre el sentido de circulación: «somos muchos los vecinos que pensamos que el sentido de circulación debería ser de entrada desde calle Valencia hacia plaza Blasco Ibañez, porque en su día hubo un reunión con la asociación y con 20 votos se aprobó el sentido contrario al que demandamos, pero el alcalde de Sagunto, Quico Fernández, nos aseguró que si presentábamos firmas se podría plantear el cambio. Lo hicimos, recogimos más de 1500 y las palabras del señor alcalde se las llevó el viento».

Por su parte el concejal de Mantenimiento, Pepe Gil, asegura que «no hay semana que no llame a la asociación de vecinos o me pase por allí para conocer las quejas. Es evidente que toda obra conlleva ruidos, pero hemos intentado minimizarlos al máximo. En cuanto al tema de los bordillos de las entradas de los garajes, si que es verdad que se hicieron unas pruebas y después se pidieron a fábrica con la pendiente que indicaron los técnicos. Hay algún vecino que si ha pedido que tuviera más pendiente, es cierto que hay una pendiente establecida por la UNE pero no es de obligatorio cumplimiento. De todas formas, la arquitecta va a revisar las normas de cumplimiento y si hay alguna que lo exija lo cambiaremos, sino se quedará como está».

En cuanto a la dirección de circulación que va tomar la Calle Valencia tras la conclusión de las obras, Gil afirma que fue una decisión «consensuada con los vecinos ya que pensamos que es lo más adecuado para que la calle no tenga que soportar mucho tránsito de salida, si fuera la dirección contraria, toda la gente que entrara a Sagunto debería hacerlo por la Calle Valencia. De todos modos, la calle está hecha de forma que si supone un problema importante se podría cambiar el sentido del tráfico. En lo referente a la petición de firmas no tengo ninguna información al respecto, no me consta que se haya presentado mientras hemos estado nosotros gobernando».

La primera empresa a la que se le adjudicó la obra Bertolín actuó muy mal según palabras del concejal de Mantenimiento: «iniciaron la obra a corre prisa y dedicó menos tiempo del que debió al estudio de los restos arqueológicos. Después querían que les pagáramos más por un contrato y unos clausulas por las que se habían comprometido. Pero no solo eso, el trabajo que hicieron con las tuberías está mal. Del tema del alcantarillado se encarga Aigües de Sagunt y cuando comprobaron el estado del mimo se dieron cuenta que el sistema no tenía las juntas que debía en cada uno de los pozos o registros. Esta parte de la obra se la deberemos reclamar a Bertolín porque la realizó mal».

Pepe Gil concluye pidiendo disculpas a los vecinos «por las molestias que os hayan podido ocasionar las obras y las paralizaciones por el tema de los restos arqueológicos. Lo que si garantizo es que va a quedar una calle en condiciones. En un par de semanas, tres a lo sumo, puede acabar la repavimentación y comenzarán a poner las farolas, arboles y bancos. No hemos puesto más arboles porque tubos de compañías como ONO e Iberdrola están muy a la superficie. Pido disculpas de nuevos por los retrasos, pero creo que vamos a terminar antes de lo previsto, es cierto que podía haber ido todo más rápido pero queríamos que se hiciera todo bien y quedara una calle en condiciones».


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Modificado por última vez en Viernes, 13 Julio 2018 17:59

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