El Ayuntamiento de Sagunto sigue generando descontento entre el colectivo del pequeño y mediano comercio del municipio. El presidente de la entidad más numerosa y antigua, ACEISYC, que agrupa a la mayor parte del comercio local, José Luis Doblaré Rubio, califica de curiosa la actitud del Ayuntamiento de Sagunto: «es curioso el apoyo que nuestro Ayuntamiento ofrece a las empresas que se implantan en el municipio o a las que ya están y amplían, con exenciones fiscales por la contratación de trabajadores del pueblo, y digo curioso porque los pequeños empresarios y comerciantes de la localidad llevamos toda la vida creando puestos de trabajo, empleando a ciudadanos del pueblo y cuando la competencia va a ser brutal para nosotros, ni se nos ayuda con exenciones fiscales como a las nuevas, sino que el poco apoyo que se nos ha dado en años anteriores, ahora se nos reclama con intereses por cuestiones de forma, o sea por hacer el gasto de las campañas en empresas del propio pueblo».
Promesas incumplidas
Más adelante, Doblaré se refiere a las promesas incumplidas de los diferentes partidos políticos que hoy gobiernan el municipio: «No entendemos porque no se han cumplido aquellos programas que presentaron los partidos políticos en las elecciones, donde, según decían, las ayudas al pequeño empresario y comerciante estaban por delante de las ayudas a las multinacionales que, sin embargo, se aprovechan ahora de las exenciones fiscales que le proporcionará nuestro Ayuntamiento».
También se refiere el presidente de ACEISYC al futuro del comercio en el municipio, que augura muy negativo para el conjunto de la población, no sólo para el comercio local: «veo el futuro que les espera a las pequeñas empresas y comercios, un futuro verdaderamente desolador. Ya estamos viendo un adelanto de lo que será, en algunas zonas y avenidas del pueblo, que se está convirtiendo en una ciudad dormitorio y perdiendo el entorno de ciudad agradable que era antes. Y esto parece ser el futuro que nos espera: pisos de alquiler vacacional o de uso dormitorio, calles oscuras y sin comercios, bajos comerciales vacíos y empresas que se deslocalizan, como ha ocurrido, por ejemplo, con Bosal. Vinieron aquí por la subvención y cuando se les ha acabado la ayuda cogen la maleta y se van, dejando a la gente desprotegida completamente. Entonces —prosigue Doblaré—, donde está el futuro de nuestro pueblo, en cuidar lo que tenemos o en traer empresas por medio de subvenciones que luego se cierren. Para muestra el polígono de Sepes».
