El activista de la PAH, Oscar VivancosEl representante de la PAH en el municipio de Sagunto, Oscar Vivancos, resume brevemente en qué situación se encuentra actualmente la ejecución de los desahucios: «En principio se han paralizado la mayoría, se están paralizando, por lo menos que conozcamos. Siguen habiendo muchos, y ahí están las cifras. El año pasado, por ejemplo, fueron 67.030 desahucios los que hubo en España. Entonces, esta claro que son muchos los que todavía siguen habiendo, las cifras así lo indican. De los que llegan a nuestras manos o a los mediadores que han puesto en marcha los ayuntamientos, se paralizan bastantes, pero sigue habiendo. La lacra no ha terminado. Ahora estamos pendientes de la reforma de la Ley Hipotecaria que quieren hacer, aunque se niegan a introducir las cinco consignas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), pero bueno, ahí estamos peleando. A nivel de Ayuntamiento bastante bien, porque han cambiado. Nos escuchan, nos hacen caso».
A pesar de los miles de desahucios que se produjeron el año pasado en España, desde la PAH opinan que, de acuerdo con la normativa vigente, no se debería de haber producido ni uno: «Hoy por hoy, por la legislación que hay, no debería de existir ni un desahucio ni medio, ni uno, pero no lo aplican los jueces y la verdad es que no entendemos el porqué. Sabemos realmente quien manda, que naturalmente es la banca y las grandes compañías. Las leyes y los parches del Gobierno que están haciendo, son siempre a favor de la banca, pero eso es algo con la que ya contamos».
Aunque los casos de las familias que se quedan sin su casa siguen ocurriendo por miles, pese a los cambios normativos, la situación parece que ha mejorado, puesto que ha desaparecido de los medios informativos la actividad reivindicativa y de protesta que en años anteriores protagonizaba la PAH. Esto se debe, según explica Vivancos, a que el movimiento se ha institucionalizado: «El problema es que nos hemos institucionalizado. Nos hemos metido dentro de los despachos, solucionamos estos problemas en las oficinas del banco o en los juzgados, ya no nos hace falta salir a la calle, como hacíamos antes».
Aunque los casos se van resolviendo en los despachos, Vivancos considera que se está fallando en la parte de seguir exteriorizando el problema ante la opinión pública: «se resuelven los problemas, pero este sistema no es eficaz porque no es visible, y la gente afectada no se entera de que existimos, ni de que existen ciertas maneras de parar, no solamente un desahucio, sino el no poder pagar una hipoteca, el problema de deber una cuota, que para mucha gente es muy duro. Esa puede ser la peor decisión. Cada año se producen miles de suicidios en España por temas económicos. Esas son cifras que se han publicado, pero que la gente no conoce. Hay familias que lo pasan muy mal cuando deben una cuota de la hipoteca y ya no digo nada cuando se deben siete u ocho cuotas o te llega la carta del juzgado, diciéndote que te van a tirar de tu casa. Es bastante duro».
Por otro lado, este dirigente de la PAH hecha en falta una comunicación más fluida con el colectivo de afectados, respecto de la lucha que se está llevando a cabo por el derecho a una vivienda digna: «Por desgracia, sigue habiendo un muro que impide que le llegue a la gente la información de la lucha que se está llevando por el derechos a una vivienda digna. Realmente, hoy por hoy, la legislación, tanto europea como española, nos da la razón. Está dando la razón a los anti sistema, a los perro flautas que nos colocábamos delante de un portal para paralizar un desahucio. La situación, en un principio, era muy visible, porque era la desobediencia y ahora lo que pasa es que nos hemos convertido en unos expertos en cuestiones hipotecarias».
Este proceso ha venido experimentando cambios desde sus inicios, y lo que en principio se consideró una gran solución, como era la dación en pago, ahora solo se ve como un último recurso para casos muy concretos: «La dación en pago fue, al principio, la panacea, porque te quedabas libre de deudas, pero ya hace tiempo que nos hemos dado cuenta de que no es ninguna bicoca. Ya no defendemos la dación en pago nada más que en los casos de inmigrantes que quieren volver a su país o casos extremos en los que no hay más solución que la dación en pago. Seguimos defendiendo el derecho a techo, por lo que ya empieza a no tener sentido la dación en pago, porque al final te quedas sin casa y te obligan a buscarte un alquiler, incluso te puede dar el banco la casa en alquiler, pero, si tu no tienen recursos, al final te desahucian también del alquiler y te quedas en la calle. Luego, la ley que regula los alquileres es diferente a la hipotecaria y con la figura del desahucio express, a los dos meses de dejar de pagar el alquiler te pueden tirar a la calle».
Dentro de esta constante evolución que está experimentando el problema, también se aprecia un cambio en el perfil de los afectados, según explica Vivancos: «El momento más duro no ha pasado todavía. Ahora estamos en un tiempo complicado, donde ha cambiado el perfil del afectado. Al principio, los casos que llegaban hasta la PAH eran de inmigrantes, de gente trabajadora, o sea, gente con pocos recursos que lo estaba pasando muy mal. Ahora ya no es así. Los casos que nos llegan ahora son de autónomos, transportistas, gente que ha tenido una empresa. Gente que lo tenía todo, que estaba bien y ahora les van a quitar la casa porque no pueden pagar lo que le reclama el banco. Por eso digo que ahora es cuando empieza el plato fuerte. Incluso ya nos ha venido algún caso de esos grandes tenedores que se lo han volado todo. Especuladores que en su día se dedicaron a la compra de viviendas y ahora lo han perdido todo. Casos que naturalmente no atendemos. No es nuestra línea».
Aunque desde el consistorio se declaró el municipio de Sagunto libre de desahucios, desde la PAH le dan a esta declaración un valor meramente simbólico, ya que la capacidad de influir desde la municipalidad es mas bien escasa. Así lo reconoce este experimentado activista de la PAH: «El Ayuntamiento le puede ayudar a una persona que se ha quedado sin casa, con el pago de dos o tres meses de alquiler, pero eso es nada. Vivienda social no hay en Sagunto, por mucho que la concejala de Servicios Sociales se pegue contra la pared, da igual, no hay vivienda social, teniendo en cuenta de que aquí, además, hay un montón de vivienda vacía que pertenece a la entidad financiera, que si no da la opción de que esa vivienda pase a formar parte de la oferta de vivienda social, pues no hay nada que hacer».
El hecho de que Sagunto sea considerada zona turística dificulta que se pueda preparar un parque de vivienda para alquiler social, porque los bancos, que son los propietarios, no están por lo labor, resalta Vivancos: «Los bancos, aquí, por muy cutre que sea el piso, no van a dar ningún piso en alquiler social, porque estamos en zona turística. Sagunto es zona turística, aquí no van ha destinar los pisos para el alquiler social. Hacia el interior todos los que quieras. La prueba está en el edificio que hay en Sagunto, al otro lado del río, con la fachada de colorines, que más de la mitad está vacío. Esa finca pertenecía a Caixa Catalunya, una entidad desaparecida, y actualmente es del SAREB, el llamado banco malo, que ahora los está vendiendo a la tercera parte del precio que tuvo en su momento. Ese edificio y muchos otros, podrían destinarse al alquiler social, tranquilamente, pero no les da la gana, no quieren. Es una lástima que esté ocurriendo esto, porque en cualquier pueblo de la comarca hay edificios enteros que están vacíos».
Otro aspecto que también escandaliza a los responsables de la PAH es lo que está ocurriendo en Baladre, donde una gran parte de este grupo de viviendas también están en manos de la banca: «Con lo que está pasando en Baladre estoy horrorizado. En este barrio hay mucha vivienda que pertenece a entidades financieras, y eso lo permitió en su momento el Instituto Valenciano de la Vivienda, lo que hoy es el EIGE, porque dio a los inquilinos la posibilidad de poder comprar los inmuebles. De esta forma, el IVVSA se lavaba las manos y se quitaba las responsabilidades. Cada piso que vendía era una vivienda menos para arreglar o mantener. Además, los vendió baratos. ¿Qué pasó?, que llegó la burbuja inmobiliaria, que se vendieron los pisos de Baladre y como resultado surgió una hipoteca, al final, la gente no ha podido pagar la deuda y el banco se ha quedado con esas casas. Eso es lo que no debería de haber consentido el Ayuntamiento de Sagunto. Sagunto tendría que haberle dado un toque de atención al IVVSA para que no vendieran esos pisos, que eran viviendas sociales. Actualmente, la Comunidad Valenciana no tiene viviendas sociales públicas. Entonces, llegamos al momento en el que la Generalitat prepara una ley para recuperar esas viviendas sociales y garantizar la existencia de un parque público de viviendas sociales, pero esa ley la tumban en Madrid».
Por último, Oscar Vivancos, reconoce que hay que volver al principio, a tomar la calle y a exteriorizar la problemática: «Seguimos teniendo los principios muy claros. Volver a la calle es algo que empezamos a retomar ahora porque no nos están haciendo caso los bancos. Se supone que tendrían que negociar con nosotros, que somos, además, los portavoces de la PAH de esta zona. Nos reunimos con los bancos en Valencia y hay veces que vienen ellos aquí, pero no se están solucionando casos. Así que hemos decidido volver a retomar las acciones en la calle. Vamos a volver a ‘pegatinar’ bancos, a entrar en las oficinas bancarias, en definitiva, vamos a tomar de nuevo la calle, a ser visibles».
