En la edición del pasado 21 de octubre de El Económico, la presidenta de la Asociación de Vendedores del Mercado de Puerto de Sagunto, Teresa Guillén, ya anunció el inicio de una campaña, prevista para diciembre, para denunciar el «gran grado de abandono» que sufren las instalaciones municipales del mercado de Puerto de Sagunto. Han transcurrido dos meses desde que Teresa Guillén hiciera ese anuncio y, sin embargo, el Gobierno municipal no ha tomada cartas en el asunto, de ahí que la campaña informativa anunciada se haya materializado. Como se puede apreciar en la fotografía los comerciantes del mercado han colocado un gran cartel en la puerta norte del edificio, donde resumen la problemática existente.
En la información publicada el pasado octubre, Teresa Guillén ya puso de relieve que el problema del aire acondicionado del edificio del mercado sigue sin estar resuelto, que este pasado verano han sufrido los rigores del calor y que, como ya han remitido las temperaturas, parece que el problema ha dejado de existir, aunque volverá nuevamente el próximo verano si no se tomas las medidas adecuadas para solventar este problema.
La representante del colectivo de vendedores señaló, asimismo, que según lo indicado por los propios responsables municipales, la partida de 70.000 euros para el aire acondicionado «se perderá si no se invierte antes de finalizar el año 2016». Teresa Guillén considera que, desde el pasado mayo, que es cuando se aprobó esta partida presupuestaria, se ha tenido «tiempo de sobra para arreglar el problema de la climatización en el mercado».
La portavoz de los vendedores resaltó que el problema del aire acondicionado no es más que la punta del iceberg puesto que, según aseguraba, «los vendedores del mercado del Puerto estamos olvidados de la mano de Dios». Además de la climatización, Guillén citó como otro problema de urgente resolución el de la necesidad de pintar el mercado y adecentarlo para mejorar su «aspecto tercermundista».
Otra cuestión que también destacaba la representante de los comerciantes es el de la falta de personal, pues según indicaba Teresa Guillén, cuando hay libranzas y vacaciones falta uno de los dos conserjes, por lo que el mercado del Puerto se abre al público sobre media hora más tarde, porque el funcionario tiene que abrir primero el de Sagunto y luego bajar al del núcleo porteño, lo que ocasiona un retraso de media hora en su apertura al público y el consiguiente quebranto económico para los vendedores. Este abandono por parte de la administración municipal lo asociaba Teresa Guillén a la pasividad que el propio colectivo viene manteniendo: «como no protestamos, aquí no nos hacen ningún caso y las cosas están muy mal en el mercado».
