Ciudad

Pasado el verano, y un año más, los vecinos de la montaña saguntina vuelven a poner el grito en el cielo ante la nueva oleada de robos que las casas de monte están sufriendo.En las últimas semanas, los robos se han disparado al estar algunas casas ya vacías. Otras, sin embargo, están habitadas, y han sufrido robos por la noche, o por el día, mientras sus dueños trabajan.

«El año pasado le tocó a mi vecino, a quien mientras trabajaba en su bar, le asaltaron su casa. Ellos viven aquí todo el año, por lo que se le llevaron de todo: dinero, muebles, los portátiles, el televisor, y objetos de valor de la familia. Le abrieron la nevera e incluso cenaron, dejándolo todo por ahí tirado y alborotado. Este año me ha tocado a mi. Ellos fueron por la noche y a nosotros nos ha tocado por el día, en el horario laboral mío y de mi mujer. Cosa que nos preocupa bastante ya que nos hace pensar que se nos vigila y saben qué hacemos día a día».

El televisor, el  microondas, dinero, herramientas del garaje, el robot de la piscina, la cementera, sillas y mesas de jardín, entre otras muchas cosas, son algunas de las pertenencias que se llevaron el pasado viernes de la casa de J. L. P.

 

Objetos de peso, que evidencian que los ladrones van preparados, con grandes vehículos a las casas elegidas. Además, como explica «no pueden ir solos, ya que se llevan cosas que pesan mucho». El destrozo de puertas, el ajetreo y desorden que allí dejan, y el miedo de saber que han estado en sus casas en sus ausencia, son miedos que se suman al valor de sus pertenencias robadas.

F. I, otra vecina de la zona que tiene  su casa en venta y que se encuentra en proceso de mudanza, sufrió también la semana pasada (cuando iniciaba el traslado), un nuevo robo en su vivienda. «Por el día viene una furgoneta y me ayuda a trasladar cosas a mi nueva casa, donde ya duermo por las noches. Algo que ya debían saber los asaltantes, ya que entraron a mi casa. El perro duerme conmigo en el piso ya porque no quiero dejarlo aquí solo, y ellos aprovecharon la noche para llevarse algunas de las muchas cosas que aún no me ha dado tiempo a llevar a mi nuevo hogar», explica.

Además, como curiosidad, destaca la mujer «se llevaron todo el hierro de las barandillas de la piscina que he cambiado para poder vender la casa, e incluso, y esto me parece increíble, se han llevado los apliques que sujetan las toallas y los rollos de papel higiénico, para, supongo, vender el hierro y el cobre al peso».

Lo mismo le ha sucedido a otro vecino del Camino Font de la Ribera. «No vivimos aquí, pero subo casi todas las tardes y pasamos los fines de semana y puentes en esta casa», cuenta desde su chalet asaltado durante el puente de todos Los Santos. «Este puente hemos aprovechado para viajar a otro lado, por lo que no hemos venido a la montaña», relata J. P. oportunidad que han aprovechado para entrar en su casa, a pesar de contar con varios perros en la misma y robar herramientas, paellas, parrillas, un dvd, ropa de marca vieja que tenía en el armario, y bicicletas, de adultos y niños.

 

«La verdad es que tenemos miedo. La gente que vivimos aquí lo hablamos, somos pocos, y trabajamos, por lo que la zona está sola muchas veces. La policía rural pasa a vernos y a vigilar, pero no es suficiente. No hay farolas, lo que les facilita el trabajo, y ahora enseguida es de noche. Tenemos miedo a que entren mientras dormimos, con nuestros niños aquí», cuenta una joven pareja que vive en la montaña saguntina todo el año.

T. J, una saguntina de 34 años, explica aún casi sin creerlo que «entraron en casa hace dos semanas y se llevaron, entre otros cosas de bebés, el carro de mi hija recien nacida. Estaba nuevo y pensé: ¡Todo esto me lo han robado para revenderlo!, por lo que ni corta ni perezosa me fui una a una a todas las casas de Sagunto y puerto donde venden artículos de segunda mano. Cuál fue mi sorpresa al encontrar en una de ellas el carro de mi hija. Como no me lo querían devolver cuando expliqué lo sucedido, fui con un policía local y con la factura del carro al establecimiento y finalmente me lo devolvieron», cuenta  la joven. Numerosos robos que hacen temer por su seguridad a vecinos y propietarios de casas e la montaña.

Mayor vigilancia. Esto es lo que piden sobre todo, los afectados, ya que afirman sentirse un tanto abandonados e incluso, en peligro. «Sin iluminación, rodeados de basura, con calles sin asfaltar y ahora de nuevo, expuestos a los robos y al peligro. Esto no es vida», finalizan.