Llegar a fin de mes es muy complicado para muchas familias valencianas. Esto se complica si tienes a una persona con diversidad funcional a tu cargo, que requiere de una atención y un gasto adicional, y se convierte en una misión casi imposible si tienes bajo tu tutela a 56. Es el caso del Centro Ocupacional Sant Cristòfol de Sagunto. Este centro lleva años asegurando servicios de terapia ocupacional y de ajuste personal y social, para preparar a los usuarios de su centro a enfrentarse a las exigencias de la vida cotidiana, pero sin financiación, la continuidad de sus actividades se encuentra en peligro.
El centro Sant Cristòfol recibe anualmente una prestación por parte de la Generalitat que, de tanto en tanto, no llega a tiempo y además viene precedida de una incertidumbre, la fecha en la que se efectuará dicho pago. «Debería llegar en el mes de marzo o abril, pero si ocurre como en años anteriores en los que el pago ya se retrasó, no vamos a poder hacer frente a los gastos de gestión del centro», asegura Pedro José Rubio, director-gerente del centro ocupacional.
El hecho es doblemente grave, si al desconocimiento de la fecha de entrega se le suma el no conocer la cuantía de la ayuda. «Nadie lo sabe. Hasta que no llegue el pago no sabemos el importe de la subvención. Nos han dicho que similar a la aportación del año pasado pero hasta que no se efectúe no lo sabremos con certeza», asegura Pedro José Rubio. Según la dirección del centro, por lo que respecta al año anterior, el calendario de pagos fue deficitario.
2015 arranca, para este centro, con una solicitud de préstamo para poder cubrir los gastos de los meses próximos a la espera de que Consellería abone el importe que corresponde a la subvención del año. Durante este «impasse», el centro hace malabares para poder pagar sus impuestos, pero serán otros los que se quedarán sin cobrar. «A nivel del centro podemos afrontar los pagos que nos obliga Hacienda pero esto significa no cobrar, no pagar a los trabajadores ni a los proveedores», asegura el director del centro. Ha sido la solidaridad de los miembros que forman parte del equipo de este centro ocupacional de Sagunto y la paciencia y colaboración de las familias, la que ha hecho posible que pudieran seguir adelante. «Estamos sobreviviendo gracias al esfuerzo de las familias, de los trabajadores y los proveedores que se han portado muy bien con nosotros y han estado trabajando sin cobrar durante meses», afirman desde el centro ocupacional.
Además, ahora hay problema añadido, el de la tasa. La Ley de Acompañamiento a los Presupuestos de 2015, aprobada el pasado mes de diciembre, ha dado continuidad al copago en la Comunidad Valenciana. Los directores de los centros llevan tiempo alertando de que muchos usuarios no podrían hacer frente a los pagos y se darían de baja. Según los centros de ocupación, la fuga ya ha comenzado. Actualmente, muchas de las familias han tenido que prescindir del servicio que se les ofrecía en estos centros por no poder sufragarlos. «Llevamos unos años muy difíciles, con muchos recortes, problemas económicos y desfases en los calendarios de pago, sencillamente esperamos que el 2015 sea mejor», asegura la dirección del centro Sant Cristòfol.
Estos centros son fundamentales para personas con diversidad funcional porque satisfacen sus necesidades y dan apoyo psicosocial a los familiares. Se han configurado como una de las principales opciones formativas, ocupacionales y laborales para las personas con discapacidad intelectual y sin lugar a dudas han permitido dar un salto cualitativo en la concepción de las personas con diversidad funcional en su fututo rol de trabajador.
En sus inicios estos centros tenían una perspectiva docente puesto que el apoyo principal era brindado por maestros de educación especial, como salida a la finalización de la educación especial obligatoria. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha abandonado la orientación educativa por una orientación de carácter más profesional. «Son necesarios a mucho niveles. Es importante que estas personas tengan una ayuda, una asistencia personal y que se le ayude a incorporarse al mundo laboral. También que alternen con compañeros, que a nivel social es muy importante. El descanso y la tranquilidad que le proporciona a la familia. Es todo una rueda y está todo interrelacionado», señala Pedro José Rubio.
El Centro Ocupacional Sant Cristòfol tiene un programa muy variado que incluye una asistencia terapéutica ajustada a la persona, técnicas profesionales para su integración laboral y actividades convivenciales para su integración social. El centro está organizado en seis talleres cuya función es dotar a sus usuarios de un quehacer. «Hay talleres de certería, jardinería, reciclaje y cerámica, esa es la parte educacional más técnica. Además de esto organizamos actividades de tipo lúdica, motrices y sociales, en verano, por ejemplo, vamos a la piscina o cuando llega San Antón hacemos una pequeña fiesta en la que asamos castañas», explica el director.
En la misma situación se encuentra Socoltie, una cooperativa asociada de trabajo del Puerto de Sagunto. Socoltie Cooperativa Valenciana atiende a más de 50 familias de la comarca y consta de 11 trabajadores. Esta sociedad difiere del Sant Cristòfol en que tiene un área de actuación más amplia puesto que gestiona un centro ocupacional y un centro especial de empleo en Sagunto. «Somos centros con servicios diferentes pero compartimos la misma idea y nos apoyamos en nuestras respectivas luchas que tienen un fin común», asegura Pedro Luis.
Empleo para personas con diversidad funcional
Según la OMS en la actualidad las personas con discapacidad alcanzan el 15 % de la población mundial. Entre las áreas de intervención prioritarias las áreas de educación y empleo son las más señaladas como medios imprescindibles para la integración social de este colectivo.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística la tasa de paro de las personas con discapacidad es un 40% superior a la de las personas sin discapacidad y tres de cada cuatro personas con discapacidad en edad laboral perciben que tienen o tendrán restricciones en relación con el empleo. Por su parte, el informe sobre el empleo de personas con discapacidad referente a 2013 recoge que se produjo un aumento del 5,27% de paro en este sector de la población mientras que en el total de parados había disminuido en un 3% en España. «La búsqueda de un trabajo es más prolongado en el tiempo para una persona con discapacidad en paro que para el resto de la población», recogía el informe. En la Comunidad Valenciana hay un total de 17.648 personas desocupadas con discapacidad.
Mientras el Centro Ocupacional Sant Crisòfol espera las ayudas de la Generalitat sigue trabajando por el desarrollo intelectual y profesional de estas personas en riesgo de exclusión social. Además pide para el año 2015 que su trabajo «no esté condicionado por la financiación». Y añade, «Qué contradicción que estemos pidiendo para el futuro lo que teníamos en el pasado. Queremos que la crisis termine y que todo vuelva a ser como antes».
