«Un auténtico tsunami económico», con estas palabras definen Alberto Lijarre, Presidente del Comité de Empresa de Galmed, y Ramón García, delegado en el Comité Europeo, las consecuencias económicas que tendría para la comarca del Camp de Morvedre la desaparición de la planta de galvanizado que actualmente rige Thyhssen Krupp en Puerto de Sagunto. La expresión no es utilizada a la ligera ya que un cierre dejaría sin empleo primero a 165 trabajadores que componen la plantilla de Galmed, después afectaría a las subcontratas de la fábrica, a continuación a la plantilla de ArcelorMittal, que cuenta con Galmed como uno de sus principales clientes, y después se iría extendiendo progresivamente, a los comercios, el sector servicios, el transporte, y el resto de actividades económicas del Camp de Morvedre que dependen del consumo. Las cifras que manejan los sindicatos locales es que el cierre de Galmed destruiría unos 800 puestos de trabajo indirectos en la comarca, lo que sumado a los directos acercaría al millar la cifra de nuevos parados que se añadirían al ya alto nivel de desempleo en la comarca.
Por este motivo desde el Comité de Empresa se ha vuelto a hacer un llamamiento a la ciudadanía para participar en las protestas que se celebrarán en Puerto de Sagunto los días 23, con una concentración en los jardines del Centro Cívico del Antiguo Sanatorio, y sobre todo la gran manifestación que aspira a inundar de gente las calles del Puerto de Sagunto y que tendrá lugar durante la tarde del día 24 de mayo.
«Ataque a la economía Española»
Los trabajadores de Galmed sostienen que no existe ningún criterio lógico para cerrar Galmed. Según explica Lijarre la planta de Puerto de Sagunto es «una empresa que ha sido un modelo en la comarca, en la que los trabajadores se han flexibilizado tanto que, en plena crisis, somos una empresa que no ha hecho ni un sólo ERE, hemos internalizado a las contratas y hemos incrementado el trabajo de la mujer». Mientras García desmonta la teoría de que la inversión en España no es rentable. «Es cierto que en Galmed el 80% de la producción va destinada al mercado del automóvil español, pero la mayoría de la producción del mercado de nuestros clientes va a la exportación. Y aunque el mercado automovilístico español tarde en remontar, la exportación sigue tirando, de hecho nuestros clientes se están posicionándose en España, como puede ser el caso de Ford, Renault, por citar sólo dos, para abastecer al mercado exterior. Además también estamos abasteciendo ya incluso a factorías italianas como FIAT» revela el Delegado del Comité Europeo.
Los trabajadores de Galmed sostienen que no existe ningún criterio lógico para cerrar Galmed. Según explica Lijarre la planta de Puerto de Sagunto es «una empresa que ha sido un modelo en la comarca, en la que los trabajadores se han flexibilizado tanto que, en plena crisis, somos una empresa que no ha hecho ni un sólo ERE, hemos internalizado a las contratas y hemos incrementado el trabajo de la mujer». Mientras García desmonta la teoría de que la inversión en España no es rentable. «Es cierto que en Galmed el 80% de la producción va destinada al mercado del automóvil español, pero la mayoría de la producción del mercado de nuestros clientes va a la exportación. Y aunque el mercado automovilístico español tarde en remontar, la exportación sigue tirando, de hecho nuestros clientes se están posicionándose en España, como puede ser el caso de Ford, Renault, por citar sólo dos, para abastecer al mercado exterior. Además también estamos abasteciendo ya incluso a factorías italianas como FIAT» revela el Delegado del Comité Europeo.
¿ A que responde pues la decisión de Thyssen de desprenderse de Galmed? Los trabajadores lo tienen claro, paliar las enormes pérdidas de las malas decisiones de la multinacional en el mercado de EE.UU., pero sobre todo, salvar los resultados en Alemania. Según denuncia Gómez: «lo que están haciendo es desviar la producción. A principio de año hubo un movimiento de desvío de carteras hacia Alemania, hemos estado vigilantes y no ha habido más, pero todo apunta a que quieren concentrar la producción en Alemania y abastecer al mercado español desde allí». Estas maniobras son calificadas desde el Comité como «un ataque a la economía española».
Este desvío de la producción es interpretado como «una amenaza» a las posibilidades de venta de la planta. «La venta sin clientes es inviable, salvo que aparezca una empresa con una cartera propia suficiente para mantener en marcha la planta. Nadie va a comprar la empresa a precio de hierro» explica Lijarre.
«Aumentaremos la presión»
De hecho desde el Comité se asegura que no se dio ninguna credibilidad a los rumores que aparecieron hace un mes indicando que había ya un comprador esperando para hacerse con Galmed. Señalan que eso no debe interpretarse como que no se crea en la venta, sino a que los trabajadores de Galmed no pueden permitirse relajarse ante anuncios que se hagan desde medios o tribunas políticas que no aparezcan respaldados por hechos.
De hecho desde el Comité se asegura que no se dio ninguna credibilidad a los rumores que aparecieron hace un mes indicando que había ya un comprador esperando para hacerse con Galmed. Señalan que eso no debe interpretarse como que no se crea en la venta, sino a que los trabajadores de Galmed no pueden permitirse relajarse ante anuncios que se hagan desde medios o tribunas políticas que no aparezcan respaldados por hechos.
«Nosotros desde el primer momento nos hemos planteado tres escenarios: el cierre, la venta y la permanencia en el grupo. Y de hecho en la próxima reunión de junio con la dirección alemana pretendemos que no se hable del cierre, que eso se aparte y nos hablen de los mecanismos que se han puesto en marcha para la venta y que opciones reales nos van a dar y de las posibilidades reales de permanencia en el grupo» explica Gómez.
La reunión de la que habla el Delegado de Galmed en el Comité Europeo el encuentro que mantendrán los representantes de la planta de Puerto de Sagunto con la dirección de la empresa en la ciudad alemana de Essen y a la que se quiere llegar con una campaña de protestas que demuestre a la dirección germana que se enfrentan no sólo a los trabajadores de una planta, sino a la voluntad de toda una ciudad.
«Nosotros vamos a ser optimistas, porque, si se diera el peor de los escenarios ya tendremos tiempo de sobra para ser pesimistas. Pero ha de quedar claro que los trabajadores están dispuestos a endurecer las protestas y acudir, a donde haga falta, para hacerse oír» aseguran.
